A sus 28 años, Alfonso Prieto cumple una década como piloto. Nada más conseguir el carné de conducir se agarró con fuerza a un sueño que empezó cuando ya acompañaba a sus padres desde muy pequeño a ver rallys por toda Galicia.

Su primer coche es todavía el que conserva. Un 205 en el que invierte cada año para lograr los mejores resultados posibles. Aún lejos de asentarse en posiciones de podio, tiene tras de sí algún triunfo que no olvida como el logrado en la Copa en el año 2014.

Junto a él su primo e inseparable copiloto, el cuntiense Francisco Martínez, con el que está deseando volver a compartir curvas, derrapes y aceleraciones. De momento, se resigna a la paciencia reconociendo que muchos días se muere de ganas de abrir la puerta de su garaje en Castrelo "y hacer un paseo con el coche sin molestar demasiado".