El parón del fútbol se ha convertido para muchos en la cosa más importante de las menos importantes. Uno de esos afectados a los cuales la pandemia del coronavirus le está tocando más en el ánimo es el Club Deportivo Ribadumia.

Su condición de líder en solitario de la Preferente Sur le convertía, a falta de doce jornadas, en el principal candidato a conseguir el ascenso a Tercera División. Un premio que adquiere en su caso un valor especial debido a que el año pasado perdió la categoría tras una aciaga temporada y un descenso en el que los factores no controlables fueron determinantes.

A la espera de cuando se podrá hablar de una solución para la reanudación de todo el entramado futbolístico, el optimismo se convierte en una característica difícilmente gestionable en el ánimo de los aurinegros. Su entrenador Luis Carro ve un difícil panorama en referencia a la Preferente Sur, "estamos en una categoría en la que encajar las fechas es muy complicado. Otra cosa son las ligas profesionales que lo más seguro es que se terminen por todos los intereses económicos que hay. También entiendo que Segunda B y Tercera pueden llegar a terminarse, pero en ligas autonómicas y de base la posibilidad de jugar entre semana es prácticamente imposible".

En su planteamiento, el técnico de los aurinegros expone preocupado:"No le veo fácil solución a lo nuestro porque el fútbol profesional se puede jugar a puerta cerrada, incluso. En Preferente va a ser mucho más complicado. Vamos a ver como se vuelve a la vida normal, porque entiendo que será progresivamente. Hasta junio no creo que estemos haciendo plenamente vida normal, Incluso puede haber equipos en los que haya casos de coronavirus y ya se alteraría todo de nuevo. Vamos a ver qué pasa, pero optimista no soy".

Con siete puntos de renta en la pelea por el ascenso y en medio de una racha de 18 jornadas consecutivas sin perder, el entrenador del Ribadumia subraya que "evidentemente somos los más perjudicados. No soy muy de tópicos, pero si a alguien le perjudica es a nosotros. Son ocho meses de trabajo, a lo que hay que sumarle el palo del año pasado. Con todo esto sería un doble golpe que costaría mucho digerir, a mí en lo personal, y también seguro para el resto de personas que estamos metidos en este barco".

Del mismo modo, Luis Carro tiene claro que los respectivos líderes de cada una de las competiciones se han convertido en una minoría respecto a aquellos a los que los efectos de una suspensión definitiva de la competición no les afectaría igualmente en lo deportivo. Incluso en muchos más casos, invalidar las actuales ligas les evitaría un descenso o incluso enjugar el fracaso de no haber conseguido cual fuere el objetivo.

"Reconozco que me cuesta mucho aceptar aquello de que la mejor solución es suspender las ligas definitivamente. Lo que yo creo es que se tendría que no castigar de alguna manera a los que estamos arriba, porque no es justo que nos quedemos sin algo que teníamos casi en la mano. Nosotros estábamos haciendo un muy buen año gracias a mucho esfuerzo de mucha gente y cuesta entender que tengamos que pagar más que nadie precisamente por estar en el sitio que todos querían estar antes del coronavirus. Si hay que jugar en verano nosotros somos los primeros en hacerlo", apunta Carro.