Una de las experiencias añadidas a su estancia en Atenas para Alejandro Hermelo es el trabajo de baloncesto que está desarrollando con personas del espectro autista. "Es algo que comento con otros entrenadores de Galicia porque les resulta muy beneficioso y muy enriquecedor en los dos sentidos".

Debido a las dificultades de atención en la mayor parte de los casos, las pautas que se siguen apelan a una innegociable sencillez, "se trata de sesiones con tareas muy simples. Además hay muy pocas variaciones entre entrenamientos para conseguir algún automatismo y siempre con refuerzos positivos".

Una de las cuestiones que dejan claro el éxito de la iniciativa es la alta participación. "Solo son dos horas semanales para cada grupo, pero hay mucha demanda de personas que quieren entrenar porque sus familias ven los efectos positivos. Ahora mismo en Panathinaikos hay cuatro grupos de doce personas cada uno".