A las dificultades que se deriven del confinamiento, el Arosa añade las que ya arrastraba esta temporada en cuanto a la imposibilidad de disponer de A Lomba debido al retraso acumulado en la obra del cambio de la cubierta de la grada de Preferencia.

En las difíciles circunstancias que se presentan, en el club vilagarciano tienen claro que si antes era importante volver a jugar en A Lomba, ahora ha pasado a adquirir un tono casi vital para la viabilidad del club.

Apunta su presidente que "tenemos que generar ingresos de taquilla. Necesitamos hacer medios días de club y en lo deportivo entraríamos en una fase definitiva para poder jugar 27 años después un play-off. No estamos en condiciones de exigir nada, pero volver a A Lomba no es ningún capricho".