La remodelación de la grada de Preferencia de A Lomba parece estar gafada. A los constantes retrasos que se han ido acumulando, ahora se suma la crisis del coronavirus que va a obligar a paralizar las actividades para la instalación de la cubierta. Así lo reconocía ayer el edil de deportes, Argimiro Serén, que pese a los quebraderos de cabeza que le ha dado en las últimas semanas la obra "en estos momentos es lo menos preocupante, porque la grada se hará en cuanto pase todo". Serén apunta que la paralización de la instalación, en esta ocasión, "es una circunstancia de fuerza mayor y no se trata de una obra prioritaria o de extrema urgencia, por lo tanto es lógico que, si para toda la construcción, pare también esto". En la jornada de ayer, tan solo un obrero estuvo en la zona, aunque no se volverá a ver esa imagen en los próximos días.

Las obras de la grada de A Lomba estaba previsto ejecutarlas en el mes de julio, pero se decidió aplazar la actuación por la disputa del Celta-Lille. La obra se iniciaría en el mes de noviembre y se esperaba que el Arosa y el Atlético Arousana, los dos equipos que utilizan de manera habitual este espacio, tuviesen que jugar lejos de su campo una o dos jornadas. Nada más lejos de la realidad. Los temporales invernales, el paro de la construcción y las prórrogas otorgadas a la empresa solo han ido dilatando la finalización de una estructura que tiene a la afición y al club con un importante malestar por no poder disponer de su casa en el año en que están más cerca de disputar el play off de ascenso.