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baloncesto - Liga Femenina-2

El Cortegada se resigna a sus males

La falta de solidez defensiva le hace caer ante un Canoe superior en el duelo ofensivo

Branka Lukovic haciéndose con un rebote en presencia de Cristina Loureiro. // Noé Parga

El Cortegada ha vuelto a ser incapaz de cambiar la dinámica que le acompaña. El Real Canoe le endosó la octava derrota consecutiva y las vilagarcianas continúan sin saber lo que es ganar en lo que va de 2020. Y eso que durante varios momentos parecía que la tendencia podía variar, pero la falta de solidez defensiva de las locales terminó convirtiéndose en su condena.

Los dos equipos se mostraron muy entonados en su ataque desde el principio. Quizá lo único que tenía que envidiar el Cortegada a todo un aspirante al play-off era su capacidad para el rebote porque era por ahí por donde la vía de agua era más acuciante.

Fue a partir del segundo cuarto cuando el equipo de Rubén Domínguez mostró realmente argumentos para discutir la victoria. Especialmente con un parcial de 13-0 que hizo pasar el marcador de un 31-37 a un 44-37 que encendió a Fontecarmoa. La puntería de las exteriores locales, en especial de Cristina Loureiro, sumado a la fase de confusión ofensiva en la que entraron las madrileñas, hizo que el juego tomase un cariz mucho más favorable a la posibilidad de la sorpresa.

Fue en la segunda parte cuando la gasolina comenzó a fallar, especialmente a partir de superar la barrera de los 50 puntos. Ahí fue cuando el Cortegada entró en una fase de ofuscación ofensiva que fue minando su confianza. Apenas tardó tres minutos el Canoe en volver a ponerse por delante en el marcador tras llegarse al ecuador con un 47-41. Pero lo peor estaba por llegar debido a un parcial de 3-18 que ya puso todo muy cuesta arriba (54-65).

Cristina Loureiro se echó el equipo a la espalda y con 9 puntos consecutivos volvió a devolver un halo de esperanza (63-69), pero la resistencia defensiva necesaria para apuntalar la remontada brilló por su ausencia. Ello contribuyó a que el Real Canoe empezase a jugar a sus anchas con muchos pases y pocos botes para hacer aún más daño al frágil ánimo de un Cortegada que la próxima semana se juega en Avilés una final por la salvación.

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