El encuentro disputado ayer en el municipal de Vilaxoán estuvo marcado por la protesta de aficionados y jugadores por la situación en la que se encuentra el templo del arosismo, A Lomba. Sometido a una reforma de la grada de Preferencia, los arlequinados llevan en el exilio desde el mes de noviembre, y no existen visos de que puedan regresar en breve a su campo. A ello se suma que el césped se encuentra en un estado lamentable sin haberse disputado un solo entrenamiento en él en estos cuatro meses.

Esta situación hizo estallar esta semana al arosismo, que se movilizó para reclamar al Concello de Vilagarcía que asuma su responsabilidad y solucione la situación del campo.

Ese malestar se trasladó ayer a Vilaxoán, donde la lluvia impidió una concentración de arosistas a las puertas del campo, pero si utilizaron la grada para reivindicar soluciones para el campo. El malestar también se trasladó a los jugadores que saltaron al terreno de juego con una pancarta.

La protesta de los jugadores no se quedó ahí, ya que decidieron hacer un acto simbólico de protesta contando con la colaboración del equipo rival. El primer minuto del encuentro no se jugó, con los jugadores de ambos equipos parados sobre el césped mientras desde la grada se aplaudía el gesto y se lanzaban cánticos de protesta hacia el Concello de Vilagarcía, responsable de las instalaciones de A Lomba. Las protestas seguirán mientras el Arosa se vea condenado a un exilio que se extiende más de lo esperado mientras las obras parecen no experimentar ningún avance.