El Arosa se desplazó en la tarde de ayer a Vigo para disputar un amistoso ante el juvenil de División de Honor del Celta. Al margen de un resultado de 3-0 favorable a los vigueses, la nota más destacada fue la participación de Oumar Sidibé.

Fueron los primeros minutos del jugador burkinés desde que se produjera su gravísima lesión de rodilla en agosto de 2018. Más de un año y medio después desde entonces, el mediocentro se enfundó ayer de nuevo la camiseta arlequinada para reencontrarse con las sensaciones de futbolista.

Reconocía al final del choque que "me falta mucho ritmo y al principio estaba un poco perdido, pero ha sido muy especial volver a jugar y eso me da fuerza para seguir trabajando".

Con todo ello el jugador no se marca plazos para volver a disputar un partido oficial, "prefiero día a día y seguir trabajando lo mejor que pueda para ganarme los minutos".