Mantiene su poderío anotador el Umia, que ha materializado la friolera de 13 goles en las últimas tres jornadas, siendo con 48 dianas, de largo, el máximo realizador de su grupo en primera y, por detrás del Verín en Ourense, el segundo de los 72 equipos que integran los cuatro grupos de la Primera Autonómica en Galicia.

Ayer en A Bouza los rojillos acabaron por no dar opción al Arcade en un partido trabajado, que quizás le premió en exceso, en relación al mérito demostrado por ambos. Y es que el Arcade se mostró como un equipo muy trabajado, que arriba cuenta ahora a mayores con el regreso de Buján, después de haber estado militando con el Valladares en Preferente. En el primer cuarto de hora, con el 0-0 tuvo su mejor opción el Arcade, en un centro que su delantero remataba girando sobre sí en el filo del área pequeña, y al que Eloy contestó repeliendo el balón en un alarde de reflejos. Y fue en el 21 cuando el Umia abrió la lata en un saque de esquina al primer palo, que acabó con un balón muerto en área pequeña y que aprovechó Gonzalo para rematar a la red. Al filo del descanso una doble amarilla a Antolín condicionaría en exceso al Arcade, en un partido que hasta ahí había discurrido igualado: la primera por una protesta en una acción baldía, y la segunda por un plantillazo a la altura del muslo del jugador rojillo, y que dejaba a los suyos con 10.

En el segundo tiempo, aún sin controlar el partido, el Umia sí se mantuvo serio atrás, con muchos apoyos para neutralizar las llegadas de un rival que, conforme pasaban los minutos, empezó a pagar su inferioridad. Máxime cuando en el 72 una acción en el centro del campo, lejos del balón que se ponía en juego en saque de banda, acabó con empujones y un rifi rafe que solventó el colegiado con la expulsión de Esteban y Nordine, un jugador por equipo, que reducía los efectivos sobre el campo.

Con la incertidumbre del marcador y un Arcade que, aún ahora con 9, se iba arriba con los cambios, al Umia le llegaron las ocasiones para finiquitar el choque. Y lo hizo en el 79, en una internada de Gonzalo por banda que culminaba con un centro tensado al área, y que engatilló Camiño en el vértice del área pequeña para patear con el interior de su bota a la red. Una acción que determinaba el choque, y que luego rubricaban, primero Guillán (min. 87) y luego Sayar (min. 90), de nuevo en dos balones servidos por un omnipresente Gonzalo que fraguó un gran partido desde su banda.