El Calmear Rasoeiro cayó ante el Porriño en un partido aciago en ataque, que se hizo más patente aún en la segunda parte. Y es que los grovenses mandaron en el primer tiempo, registrando el electrónico una renta de cinco a su favor en el minuto 20 (11-6). Pero a partir de ahí reaccionó el Porriño, amparado en su guardameta, que empezó a traer en jaque a los lanzadores grovenses, logrando que el partido llegara vivo al descanso (15-12), marrando los locales hasta tres tentativas de siete metros en ese primer tiempo.
En la segunda parte el choque giró en favor del Porriño. Su portero y el contragolpe, unido a las exclusiones que penalizaron al Rasu, consolidaron el juego visitante para empatar primero en el 35 (16-16), y cobrar las primeras ventajas mediado el segundo tiempo. Los último diez minutos resultaron nefastos para el ataque grovense. De hecho, el partido había entrado en el minuto 50 con un empate a 24, pero de ahí al final los azulones solo fueron capaces de materializar un único gol que les condenó, liquidando esos minutos con un parcial de 1-7 en contra, que permitió a los porriñeses disponer un final plácido y que se traducía en el 25-30 definitivo.
El técnico grovense Pablo Filgueira reconocía al término del partido que "estamos fastidiados por la derrota, pero nos toca levantarnos y seguir trabajando, porque el equipo ofrece ya buenas sensaciones a estas altura de la competición". La próxima cita, será el este viernes, en que aprovecharán la jornada festiva para jugar en Viveiro ante el colista el partido aplazado en su día. Unos puntos que precisan los grovenses para no perder combar con la zona media de la tabla al abrirse una pequeña brecha de tres puntos sobre sus predecesores, Poio y Seis do Nadal que copan la séptima y sexta plaza.
