La pasión y la ilusión en lo que se hace son habitualmente condiciones innegociables en el éxito de cualquier empresa. Además cuando se habla de deporte estas artes cobran todavía un significado mayor para no desfallecer en la larga carrera que supone la mejora en los resultados. Sin embargo, la mayor dificultad estriba para muchos en conservar la esencia cuando el crecimiento alcanza las más altas cotas.

De esta virtud puede presumir el Club Triatlón Vilagarcía. Una entidad que solo cuatro años después de su creación alcanzará los próximos días el mayor éxito deportivo de su corta historia con la presencia de hasta ocho de sus integrantes en el Mundial Multideporte que se celebrará en Pontevedra. Allí tomarán parte de la cita más numerosa de la historia en cuanto a pruebas combinadas de resistencia con más de 4.000 participantes entre todas las categorías.

Habrá representación de hasta 54 países. 927 atletas británicos le confieren, junto a los españoles, la máxima porción del queso participativo seguidos por 751 estadounidenses, 200 portugueses, 161 brasileños o los 150 australianos. Y entre ellos ocho miembros del Triatlón Vilagarcía que bien pudieron ser nueve de no ser por la lesión de Jaime Meijide y que le impide tomar la salida en el triatlón de larga distancia en su grupo de edad.

La disciplina de duatlón sprint será la primera en entrar en acción. El sábado será el turno para los Carlos Coira e Iván Vázquez en sus diferentes rangos de edad. El primero llega condicionado por la salud. Una infección estomacal le ha echado por tierra su preparación tras su brillante clasificación el pasado año en el Campeonato de España en Avilés, pero sus ganas han podido más y estará en la salida para afrontar una prueba que consta de un tramo inicial de 5 kilómetros de carrera seguidos de 19,4 en bicicleta y un último tramo a pie de 2,5 kilómetros.

También en duatlón, pero en la modalidad standard, participará Jorge Ferradáns. Su salida está fijada para el sábado 27 de abril y se atreverá con unas distancias más osadas de 15 kilómetros de carrera, repartidas en 10 iniciales y cinco finales, además de 37 kilómetros intermedios de bicicleta tras su excelente clasificación en Avilés el pasado año.

Con el aquatlón se atreverá Pedro Bernárdez. Su turno será el jueves 2 de mayo con un kilómetro a nado en la salida de la prueba y cinco kilómetros de carrera. El actual campeón gallego veterano de triatlón no puso clasificarse en su especialidad, pero no desechó la oportunidad de ser mundialista en la modalidad de aquatlón.

Es en triatlón cross donde la representación vilagarciana alcanza su mayoría. El martes 30 de abril hasta cuatro representantes del club compartirán el privilegio de estar en la salida de una prueba en la que la única presión que vivirán es la de disfrutar al máximo de la experiencia. Bernardo Piñeiro, Ramón Valiñas, Javier Fernández y Carlos García también lograron su clasificación vía Copa de España, la que tuvo lugar en Pontevedra.

Las ganas de hacer un buen papel han fortalecido aún más el inquebrantable nexo de unión de los inminentes mundialistas. Cada entrenamiento del club ha venido aderezado por inquietudes y por conversaciones sobre todo lo que rodea a una prueba tan multitudinaria. Conviene reseñar que el año pasado este Mundial tuvo como sede la ciudad danesa de Fyn, mientras que en 2017 fue Penticton (Canadá) el lugar que albergó la primera edición de esta competición que tiene en el triatlón y el duatlón su base de operaciones.

Un éxito sin parangón y que se ha posibilitado gracias a la oportunidad geográfica de la sede en cuestión, pero que no hace salir a los componentes del Triatlón Vilagarcía de su hoja de ruta y que Carlos García, uno de sus fundadores, resume en que "seguimos manteniendo el mismo ambiente y el mismo espíritu que nos llevó a crear el club. Estamos en esto porque nos divierte y eso, hoy en día en lo que todo es tan competitivo, es lo que de verdad nos une a todos y lo que valoramos por encima de cualquier cosa".

Por si fuera poco, ese disfrute está generando un crecimiento tan positivo como espectacular. Y es que de aquellas veinte licencias iniciales que dieron vida al club, se ha pasado en menos de cuatro años, a un total de 52 triatletas. O lo que es lo mismo, casi triplicar el número de componentes de una familia. Un grupo de apasionados por el deporte que sigue derribando barreras con la misma humildad con la que asimilan su crecimiento. El entender el deporte como un apoyo vital y no como una carrera de frustraciones es uno de sus secretos.