El Cortegada despidió la temporada con una victoria ante el Avilés en un partido que las vilagarcianas pasaron a dominar a su antojo cuando se activaron por completo reponiéndose a un irregular arranque de partido.
Quizá no contaban ni las propias jugadoras asturianas poder contar con tantas comodidades en los primeros minutos. Parecía como si las jugadoras de Rubén Domínguez no tuviesen la tensión necesaria para competir. Eso se tradujo en canastas fáciles del rival y, sobre todo, un ritmo de partido que fue entregado en bandeja.
Sin demasiados alardes, el ADBA Avilés fue capaz de ir mandando en el marcador hasta llegar incluso a contar con una renta de 10 puntos nada más comenzar el segundo cuarto (12-22). Ese marcador fue también el despertador de un equipo vilagarciano que volvió en sí. Las jugadoras asumieron entonces que tocaba hacer el último esfuerzo del curso para terminar con el mejor sabor de boca posible.
Fue entonces cuando Sara Gómez tomó las riendas. Ella empezó a generar buenas ventajas en base a lecturas ofensivas, pero incluso a campo abierto. Todo empezó a redundar en un ritmo mucho más vivaz en los dos lados de la cancha y un mayor flujo anotador.
A la llegada del descanso el Cortegada ya había pasado a dominar el marcador (40-35), pero esa tendencia no había hecho más que empezar. El acierto desde la línea de tres puntos, sumado a una mayor dificultad del rival para aguantar la intensidad de juego, fueron factores que contribuyeron a que las diferencias se fuesen instalando en márgenes inalcanzables para las avilesinas.
El fin de fiesta a un curso discreto tuvo en las jugadoras canteranas a sus protagonistas en un tramo final en el que las veteranas fueron despedidas entre aplausos a la espera de conocer su futuro.
