Después de una larga travesía de 32 años por el pozo de la Tercera Regional, del que llegó a ser colista en varias temporadas, el Deportivo Xil, consiguió un ascenso histórico a Segunda de la mano de Alfonso García, un entrenador conocedor de estas lides que, de hecho, ya había logrado el hito de cinco ascensos, de ellos dos con el Amanecer al que llevó desde la Tercera a la Primera Regional.

El Xil lo lograba imponiéndose con solvencia en Cambados al Beiramar por un contundente 0-4, para regresar así a la Segunda Autonómica que únicamente había alcanzado en 1987 (con Ramiro García en el banco y José María Alonso en la presidencia), y en la que únicamente militó el curso siguiente antes de volver a Tercera.

El club meañés es un histórico saliniense nacido como club en 1973. Apurado por la falta de apoyos y masa social el Xil estaba, en navidades de 2017, al borde de la desaparición. Ahí llegó la llamada a Alfonso García, natural de Barrantes y grovense de adopción, que después de años lejos de los banquillos, aceptó la propuesta de volver. Cogía entonces a un Xil penúltimo en la tabla y al que dejó a las puertas de la promoción de ascenso. Y este año, codo a codo con el club, trabajó en los refuerzos para estar en condiciones de pelearlo.

El domingo jugaba la última jornada obligado a ganar en O Pombal al Beiramar de Castrelo. Llegaba en esa segunda plaza que daba derecho al ascenso empatado a puntos con el Faxilde, pero con ventaja en el average. Y el reto tocó bajo el aguacero, en un campo pequeño, muy expuesto al viento, tanto que el árbitro les ofrecía la suspensión en la previa, pero el Xil se atrevió con la disputa.

Una vez echó a rodar el esférico pesó la ansiedad en los primero compases, hasta que en el 34 un disparo lejano de Muelle abrió la lata de un Beiramar cobijado atrás. Los meañeses sentenciaron en la segunda parte, con goles de Tilve , Chaves y de nuevo Muelle para cerrar la cuenta.

Alfonso García valora lo conseguido: "el ascenso no era una sorpresa para mí, porque confeccionamos un equipo preparado para ello, y con una apuesta por el balón, algo inusual en la categoría. Es un plantel joven, con jugadores de entre 22 y 24 años, que son un grupo humano fantástico, muy motivado en los entrenamientos y que me han hecho disfrutar desde el banco". Sobre su continuidad en el Xil evita pronunciarse: "nunca hablé del futuro en los clubs en los que estuve hasta junio y también así lo haré este año. Pero por mi parte estoy encantado con el trabajo en Xil, es un histórico al que me unen muchos jugadores de mi generación. Y a mis años no me planteo grandes cosas, únicamente disfrutar de lo que hago, en Xil lo estoy haciendo".

Ricardo Pardo, con un lustro en la presidencia, se felicita por el plantel, técnico, sponsors y aficionados que apoyaron al club esta temporada, y apunta objetivos para la Segunda: "tenemos tan sólo 125 socios y esperemos que el ascenso sea un espaldarazo para superar los 200". Dotar el campo de A Toxa de una grada es otra de las demandas de la entidad.