La imperial aparición goleadora de Sylla resultó providencial para que el Arosa haya vuelto a recuperar la ilusión de alcanzar la cuarta plaza. Sus dos goles ante el Barco, ambos de cabeza, han situado a su equipo a cuatro puntos del objetivo con siete jornadas todavía por disputarse.
Pese a todo la euforia está totalmente contenida en el equipo de Rafa Sáez. El propio Alassane Sylla deja muy claro por donde transcurrirá la hoja de ruta para lo que queda por delante, "todavía no hemos conseguido nada. Tenemos que seguir ganando y centrarnos solamente en lo que podamos controlar. Nuestra cabeza tiene que estar ahora en ganar en Boiro y así cada semana, pero ahora solo podemos pensar en Boiro".
Como uno de los capitanes de este Arosa, el delantero senegalés es una de las voces autorizadas para hablar del sentir de la plantilla, "el vestuario está tranquilo. Solo pensamos en hacer las cosas bien y en trabajar mucho. Estamos animados, pero con la cabeza fría para pensar en lo nuestro".
Reconoce el propio Sylla que lo sucedido en O Lourambal ante el Porriño se ha convertido en un aviso en toda regla para que el nivel de alerta esté todavía más activado. "Creo que nadie se esperaba perder ese partido, pero sucedió. Los puntos ya no los vamos a recuperar, pero sí que nos puede servir esa derrota para aprender de la importancia de cada partido".
También tuvo palabras Sylla para referirse a todo el esfuerzo que costó el superar al Barco en un anegado campo de A Lomba, "era muy difícil jugar con tanta agua. Buscamos tener el balón lo más lejos posible de nuestra área porque no se podía jugar. Era prácticamente imposible hacer jugadas con más de dos pases. Tuvimos la suerte de ganar y fue una victoria muy importante y que nos hacía mucha falta".
El máximo realizador de la categoría también se refirió al papel que tiene que jugar la afición vilagarciana en este tramo final de competición, "nosotros siempre agradecemos mucho el apoyo y nos ayuda mucho en el campo ver que hay mucha gente que nos anima".
El equipo comenzó desde ayer a preparar la visita del domingo a un Boiro que se jugará prácticamente su último tren hacia la permanencia. Una derrota de los barbanzanos significaría decir adiós a sus opciones de permanencia, pero en el Arosa solo pueden pensar en sí mismos. Ni siquiera el hecho de que los boirenses lleven sumados solo dos puntos de los últimos 21 disputados puede servir de relajación para un cuadro arlequinado que ha recobrado vida de cara a un interesante final de temporada.
