El Calmear Rasoeiro se impuso al colista Octavio por 27-24, en un partido que dominó en el primer tiempo, atando de salida a Simic en mixta, pero que a punto estuvo de tirar en un segundo, en que ambos rivalizaron en errores. La derrota deja a los vigueses condenados al descenso, pero no allana el terreno al Rasoeiro que no gana plaza alguna, en otra jornada adversa para sus intereses en que se impusieron contra pronóstico el resto de sus rivales directos: el Luceros en Vigo ante el Seis do Nadal (29-31), en A Cañiza el Camariñas (24-27), y en casa el Oar ante el Unión Financiera (28-26). Así las cosas no varían las posiciones, con Oar y Luceros con 12 puntos, y Camariñas y Rasu con 11, pero los grovenses en descenso por diferencia de goles.
Ante el Octavio los de Quito Parada saltaron a la cancha bien mentalizados, pese al ambiente de una afición fría en exceso para lo mucho que se jugaban. Con Gonsi aleccionado en la mixta sobre Simic -al que el Octavio pretendía entregar cada balón para resolver-, el Rasu desactivó al rival que no encontraba ritmo. De esta forma abrió brecha en el minuto 12 con un 7-3 en el electrónico, ante un colista lento y sin norte en estilo de juego. En el 17 la renta grovense subía a 6 (10-4) y acto seguido a 8 en el 23 (13-5), ante un Octavio en el que se abría paso desidia y frustración, dejando patente hasta en sus tiempos muertos los méritos de su condición de colista. Sólo un tibio cambio defensivo a 5-1 descolocó por un momento al Rasoeiro, que pronto asimiló la modificación táctica para irse 17-9 al descanso.
Lento fue hasta el regreso a cancha del Octavio, cuya presencia fue reclamada por los árbitros desde la mesa. La espera contribuyó en exceso a la frialdad con que los grovenses arrancaron la segunda parte. El partido quedó marcado en el 32 con una jugada en que Omar desestabilizó a Simic en el aire, y que se saldó con la lesión del serbio en el exterior de una de sus rodillas, más la roja de Omar, con lo que ambos goleadores acabaron en sus respectivos bancos.
La lesión de Simic supuso un vuelco inesperado, con los grovenses relajados por la falta de artillero rival, mientras que el Octavio tiró en adelante más como equipo, logrando un parcial de un 0-4 que llevó el marcador a un 17-13.
Aunque el Rasu logró cortar la racha con su primer gol de la segunda parte en el 37 (18-13) el partido quedó abocado a un cúmulo de despropósitos por parte de ambos. Unos errores que acabaron lastrando más los grovense, donde emergieron los nervios ante una reacción viguesa, no obstante plagada de un desorden que le impidió culminar. Se colocaron a 3 en el 49 (23-20) y luego a dos en el 55 (24-22), disponiendo el Octavio entonces de balón para ponerse a uno, pero De Moura lo estrelló en el palo, permitiendo la victoria del Rasu.
