Al Arosa le toca volver a poner el foco en lo estrictamente futbolístico después de una semana en vilo por el diagnóstico definitivo de la lesión de rodilla de Manu Rodríguez. El Paiosaco espera en su campo de Porta Santa (17.00 horas) sin ningún tipo de contemplación al rival, más bien su necesidad de puntos le obliga a un recibimiento más bien hostil dentro del terreno de juego.

La victoria sobre el Silva ha dado un oxígeno necesario a los de Rafa Sáez, pero en el panorama de reválidas constantes toca ahora hacer buenos esos puntos ante el peor equipo de la liga en la segunda vuelta en cuanto a producción clasificatoria y que le ha llevado a posiciones de descenso. Un único punto aunque no un punto cualquiera puesto que fue el conseguido el pasado domingo con un significativo 2-2 en el feudo del Compostela.

En el Arosa no están con demasiado margen para pensar en el rival puesto que la semana no ha sido la idónea en cuanto a dinámica de trabajo debido al estado físico de la plantilla. Con un plantel muy condicionado en cuanto a las cargas de trabajo, el técnico debe esperar casi hasta estar en el vestuario de Porta Santa para confirmar su once titular. A ello se le une que cuatro jugadores habituales están a una amonestación de cumplir ciclo de amarillas lo que les haría perderse un partido.

Circunstancias al margen, el Arosa es consciente que de lo que suceda en campos como el del Paiosaco dependerá en gran medida su estado de ansiedad. En juego no solo estarán los tres puntos sino también un extra de tiempo necesario para poder seguir esquivando adversidades sin agobios añadidos.

Para el Céltiga lo de esta tarde en el Salvador Otero (17.00 horas) es una final con todas las letras. Ganar es el único resultado que se da por bueno en el vestuario isleño, obligados no solo por su necesidad sino también por la situación de colista de un Porriño que llega en medio de una dinámica que aumenta la presión de victoria para los locales.

En el equipo de A Illa no se andan con remilgos al respecto. Ganar en casa es más que una obligación para mantener opciones reales de permanencia. Un objetivo del que ahora le separan cuatro puntos. Las seis derrotas consecutivas en el Salvador Otero es otra circunstancia que yace en el subconsciente de un equipo isleño de cara a asumir la importancia de los tres puntos de hoy.

Se verán las caras los dos últimos clasificados con la salvedad que el Céltiga aventaja en 10 puntos a un Porriño cuya permanencia está casi a expensas de un milagro. Por contra, cuanto más se reducen sus posibilidades de permanencia, más aumenta su papel de juez de la liga en el tipo de enfrentamientos como el de hoy.

Los de Javi Rey, con las ausencias de Javi, Lucas y David, tratarán de sacar partido de las dificultades de los porriñeses en materia defensiva, faceta en la que el Céltiga también tiene motivos para no descuidarse.