El Cortegada ha dejado escapar la última opción real de meterse en la lucha por las cuatro primeras plazas. El Añares Rioja se llevó el triunfo de Fontecarmoa y lo hizo con suficiencia pese a estar casi 30 minutos por detrás en el marcador. Finalmente su mayor consistencia debajo de los tableros, unido a un mejor físico en determinadas posiciones, terminaron por decantar la balanza a su favor.

Empezaron las vilagarcianas totalmente desatadas ofensivamente. Su juego agresivo y directo estaba creando muchos problemas a la defensa vasca. A ello se le unían las buenas lecturas en situaciones de campo abierto, cuestiones que le llegaron a conferir la primera decena de ventaja en los primeros diez minutos.

Las de Rubén Domínguez jugaban a placer. Un perfecto termómetro de ese extraordinario arranque, más incluso que el 27-18 del marcador, fueron las nueve asistencias y las doce canastas en juego materializadas en ese primer parcial.

El devenir del encuentro empezó a cambiar las tornas. El Añares Rioja entendió que tenía que mostrar otra actitud defensiva si quería tener opciones de ganar y lo interpretó a la perfección. La primera medida para ello fue el empezar a abastecer a sus jugadoras interiores y la dupla Davydova-Bende empezó a campar a sus anchas.

Con todo ello, el Cortegada siempre mantuvo la iniciativa en el marcador, pero lejos de la sensación de fluidez inicial. Cada canasta comenzaba a costar más cada vez , pero con todo se llegó al descanso con un 42-35 que invitaba a pensar en positivo.

La mayor profundidad de banquillo también fue otro factor a tener en cuenta, especialmente en una segunda mitad que se le iba a poner muy cuesta arriba a las locales. Las de Luis Agirre empezaron a avasallar en las posiciones interiores. Su absoluto dominio del rebote le llevó a capturar hasta siete ofensivos solo en el tercer cuarto.

La presencia de Bende, Villar y una acertada Jackson fue agigantándose a cada minuto frente a un Cortegada que se iba empequeñeciendo poco a poco. El parón ofensivo le hizo anotar solo 13 puntos por 23 de su rival en ese parcial. Precisamente un triple de Jackson puso por primera vez por delante al Añares Rioja coincidiendo con el término de este tercer cuarto (55-58).

Y cuando más necesitaba las fuerzas el Cortegada para dar respuesta al partido tan físico planteado por su rival, éstas empezaron a flaquear. Tan solo tres canastas en juego fue capaz el equipo de Rubén Domínguez de anotar en el último periodo. Por contra, en el otro bando Davydova y Jackson seguían dándose un festín en el tablero local. Así, al ritmo que aumentaba la ventaja en el marcador del Añares Rioja se iba disminuyendo la esperanza de seguir con vida en la pelea por un objetivo quizá demasiado ambicioso.