El delegado del comité de árbitros de Pontevedra, Manuel vidal Araújo, explicaba ayer que el joven colegiado agredido tuvo que regresar el domingo a un centro hospitalario debido a las secuelas que le dejó el puñetazo recibido. El joven se encuentra con un collarín y con pastillas debido a los fuertes dolores que sufre en el cuello.

No en vano, recibió un puñetazo a la altura de la oreja que le derribó y lo dejó aturdido en el suelo durante unos minutos, mientras otros padres de jugadores del Céltiga procedían a separar al agresor de la víctima. Vidal Araújo apuntaba que el colegiado del Arosa B-Céltiga de juveniles cuenta con bastante experiencia en el arbitraje, aunque "nunca se había encontrado con una situación similar, aunque sabemos que es fuerte y que los superará". El máximo responsable del estamento arbitral en la provincia reconoce que "todos los clubes deben implicarse para erradicar a los violentos de los campos de fútbol".