Ribadumia y Porriño llegaban al encuentro de ayer con el objetivo de dar un paso hacia la salvación venciendo a un rival directo. Los dos plantearon el encuentro de una forma similar en ataque, apostando por ser protagonistas con el balón, pero se encontraron de bruces con los motivos por los que coquetean con el descenso, unas defensas de cristal. Lo ocurrido ven A Senra benefició al Ribadumia que se llevó la victoria, pero encajó cuatro goles, lo que le llevó a sufrir hasta el pitido final.

El encuentro comenzó con ambos equipos intentando imponerse a su rival para acercarse a la meta contraria. Tras varios acercamientos tímidos, Aarón Paredes fue el primero en encontrar la portería, al empujar a las mallas un magnífico servicio desde la banda izquierda. El tanto obligó al Porriño a adelantar líneas para acercarse a Roberto Pazos que, tras un par de intervenciones, veía como un pase filtrado al corazón del área de Benja le superaba tras ser tocado por Edu.

El encuentro volvía a comenzar, y el Ribadumia volvía a rondar con cierto peligro la portería de Miguel, hasta que Fran Fandiño fusilaba sin oposición a Miguel y establecía el 2-1 en el marcador. Otro equipo habría tratado de cerrar el encuentro, pero el Ribadumia tiene muchos problemas defensivos esta temporada, y eso, volvió a notarse ayer. Habían pasado tan solo cinco minutos del tanto de Fandiño cuando Aarón elevó un balón por encima de toda la defensa. Nadie acertó a tocarla o desviarla, por lo que le cayó franco a Benja que solo tuvo que colocarla allí donde no llegaba Pazos. Con la igualada se llegó al descanso, y el retorno de los dos equipos al terreno de juego se convirtió en una locura, en un correcalles en el que cada acercamiento a cualquiera de las dos porterías parecía que iba a finalizar en gol debido a la fragilidad defensiva de los dos equipos.

El Ribadumia volvió a golpear primero por mediación de Aarón Paredes, que volvía a empujar a la red un centro. La alegría para los aurinegros fue descomunal, pero duró tan solo dos minutos, los que tardó en cometer una falta innecesaria en la frontal que Claudio se encargaría de colocar lejos del alcance de Roberto Pazos. El tanto podría haber levantado muchos fantasmas, pero el Ribadumia tuvo la suerte de volver a adelantarse en el marcador gracias a una gran acción de Monchito, cuyo centro se paseó por delante de toda la portería contraria hasta que se encontró con Fran Fandiño en el segundo palo, que no perdonó.

Este tanto sí hico mella en la moral de los visitantes que, poco después, en un nuevo error defensivo, veían como Eloy Fariña, que tocaba su primer balón tras ingresar en el campo, anotaba el quinto tras recibir un buen pase filtrado de Fran Fandiño y sortear a Miguel.

Parecía todo hecho, que el quinto tanto cerraba un encuentro que se necesitaba ganar a toda costa para coger algo de aire ante un rival directo y evitar que los que van por delante se escapasen. Pero el Ribadumia de este año no sabe ganar sin sufrir, en exceso incluso. Con el Porriño desquiciado los aurinegros vieron como una falta lateral sin gran peligro era cabeceada por Tubo, solo, en el corazón del área, para establecer el 5-4. Era el momento de congelar el balón, pero el Ribadumia se metió de nuevo en un correcalles que estuvo cerca de costarle la igualada o de anotar el sexto, porque ocasiones tuvieron los dos equipos.