El Unión Dena tiró en la segunda parte un partido que había encarrilado en el primer tiempo. Lo hizo ante un colista que no había ganado aún en liga y que, en As Cachizas, logró materializar casi la mitad de sus goles en toda la liga.
Aunque el choque había arrancado con un gol tempranero visitante, obra de Pazos con un disparo desde fuera del área, el Dena se repuso pronto. Primero Rosal empató en un balón que le llegó en el área tras un rechace de la defensa. Luego Táboas puso el 2-1 al recibir a sus pies un disparo en semifallo, que el jugador, tras girar sobre sí, disparó cruzado subiendo el 2-1. Y al filo del descanso Borja subió el 3-1 tras un córner.
Con el partido resuelto sobre el papel, el Dena se fue de vacaciones navideñas al descanso. Y ya no volvió en la segunda parte. Primero, le puso sobre aviso el Gondomar subiendo el 3-2, pero Rosal en el 60 recibía un balón largo, medido de Táboas para entrar en el área por la izquierda, romper al lateral con un doble quiebro, y patear con la izquierda subiendo el 4-2, devolviendo la tranquilidad a los suyos.
A partir de ahí la relajación fue tal que el equipo se descosió desde el centro del campo, sin conexión entre las líneas, ni labor de equipo para encontrar el punto del cohesión y contundencia. De la relajación el Dena caminó hacia la impotencia conforme le cayeron tres goles en cinco minutos que noquearon al equipo. Tantos que respondieron más a su falta de tensión que a la creación del rival, el último al rematar Raúl de cabeza una falta en el centro del campo, elevándose sólo y sin oposición para subir el gol de la victoria ante la incredulidad de la grada local. Fue una segunda parte para olvidar de los meañeses que frustró una victoria que tenía en la mano.
