En su análisis Rafa Sáez quiso remarcar la necesidad moral con la que el Arosa llegaba al duelo en A Senra. Dejó claro que "era muy importante volver a ganar fuera de casa, pero lo más importante era volver a ganar. Ahora nos vamos a un parón muy largo. Tres semanas que podrían ser un mundo para despedirse con una derrota y la victoria nos va a venir muy bien anímicamente".

A pesar de lo amplio de la diferencia, el entrenador de los arlequinados considera que "debemos ser objetivos y el amplio marcador no refleja que fuera un partido fácil. De hecho el primer equipo que se presentó en el área rival en cada una de las dos partes fue el Ribadumia. El partido tuvo su dificultad y solo se perdió cuando conseguimos el tercer gol y ya dio la sensación de que el partido estaba garantizado en el resultado. En eso nos ayudó la consistencia que nos dio Mou entrando desde el banquillo".

En la misma línea, Sáez destacó una cuestión en concreto, "por ocasiones en la primera parte, tuvimos dos situaciones que sacaron a bocajarro. Ellos también tuvieron una falta, pero vale lo que se materializa. Estoy contento por ganar y haber hecho goles, pero estoy muchísimo más contento por no haber encajado. Ese es el principio para crecer en el partido y de acercarnos a la victoria".

Una cuestión que sí lamentó Sáez fue la relativa a las muchas amarillas recibidas, confiando en que Manu Rodríguez y Luis García puedan recuperarse de los golpes recibidos para reanudar los entrenamientos el 2 de enero.

También tuvo palabras el técnico para su afición, "me alegro mucho por la gente de Vilagarcía que vino a apoyarnos y que sigan ilusionados con la posibilidad de ver a su equipo peleando por estar en las zonas nobles. Mientras la matemática no diga lo contrario vamos a dar todo lo que tengamos por dar la mayor alegría posible".