El técnico del Ribadumia, Luis Carro, lamentaba ayer lo ocurrido sobre el césped de San Lázaro. Para el vilanovés "hubo un partido hasta la expulsión y otro después; antes de que Miguel fuese expulsado, sin estar del todo bien, teníamos controlada la situación, pero después, con diez jugadores, nos resultó imposible". En la primera mitad, "el partido estaba donde nosotros lo habíamos planteado, pese a que ellos nos hicieron un gol prácticamente sin hacer nada; en la segunda ya nos resultó imposible".

Carro cuestionó las dos amarillas que recibió Miguel Vázquez y que le costaron la expulsión al considerarlas rigurosas aunque aseguró que "prefiero no hablar de los árbitros".