A excepción de los primeros minutos, el Calmear Rasoeiro dominó en Vigo para imponerse a placer al colista, consciente de la importancia del envite ante un rival directo, por lo que cabía pensar incluso en el average. Así, un 20-28 que parece dejar un hipotético empate al final del lado grovense.
El choque resultó igualado en los primeros diez minutos, condicionados los de Quito Parada por los errores, marrando en ese arranque varios contragolpes y lanzamientos de seis metros, máxime disponiendo de uno más sobre la cancha por dos exclusiones del rival. Ello ponía el marcador en ventaja local con un 5-4 en el minuto 10. Pero ahí, coincidiendo con una tercera exclusión, ésta de Daniel, el Rasu se reencontró con el juego, el ritmo y el acierto para endosarle a los vigueses un parcial de 0-5, con cuatro de los goles obras de Sergio, y que catapultaron el marcador a un 5-10.
El Octavio acusaba ya su mal bagaje defensivo y ahí incidió el Rasoeiro con acciones rápidas tras robo de balón, propiciado por su 5-1defensivo, muy incisivo con Billo en el avanzado y cerrando bien al pivote, de lo que sacaron partido con asiduidad. Así las cosas los grovenses hicieron crecer su renta a siete en el 26 con un 7-15, y doblaban de nuevo al Octavio al descanso con un 8-16, contando además con una buena aportación de Adrián en portería.
El Rasu no dio chance alguno tras el paso por vestuarios, imponiendo su veteranía ante un Octavio muy joven, voluntarioso en ataque pero sin la intensidad defensiva que requiere la categoría. Los de Quito Parada se fueron 11 arriba (10-21) mientas el equipo vigués bajaba los brazos y entregaba el partido, posibilitando ventajas holgadas para el Rasu que se mantuvo entre los 8 y los 12 goles en toda esa fase. Sólo en los últimos diez minutos la lógica relajación grovense más la rotación desde el banco posibilitó que el Octavio maquillara un tanto el resultado, con un Rasu que, desde el 50 con un 14-25, encajó un parcial de 6-3 que llevó el electrónico al 20-28 final.
