El Calmear Rasoeiro se encontró por fin con su nivel en este arranque liguero después de varios intentos previos sin tanto éxito. Lo hizo en un partido redondo en el que acabó desarbolando, con más facilidad de la prevista, a un OAR coruñés que sucumbió al filo de descanso y en los primeros minutos de la reanudación en la que fue una victoria muy importante para el objetivo de la salvación.

Sólo el OAR se impuso de salida con un de 2-4 cuando se cumplía el minuto 7. A partir de ahí, reacción del Rasu con un parcial de 4-0 que le puso dos arriba (6-4). Amparados en 6-0 defensivo, que alternó a partir del minuto 20 con el 5-1 y Billo de adelantado, bien parapetados atrás por un Adrián que respondió con cuatro paradas casi consecutivas que potenciaron al Rasu, hizo crecer su ventaja hasta una máxima de 6 goles al descanso (14-8).

Estaban lanzados los locales y la sensación era de que doblegar al rival era cuestión de tiempo. Así fue que al inicio de la segunda parte los de Quito Parada doblaron al OAR con un 16-8 en el 33 subiendo la renta a 10 en 36, decantando ya el partido a su favor.

Y es que el Rasoeiro jugó una segunda parte de enmarcar, combinando la velocidad con la paciencia en el ataque, para finalizar siempre sus acciones con un pase más que dejaba a un compañero en situación aún más franca. Ello también tuvo su correspondencia en la grada donde no faltaron los vítores puesto que los aficionados también eran muy conscientes de la necesidad de hacerse con la victoria ante un rival directo.

Enfrente el OAR pecó de lentitud, por cuanto la velocidad del central y un lateral no estaba bien acompañada por el resto del equipo, lo que facilitaba que los grovenses resolvieran el completo cada repliegue. Los desajustes visitantes se estaban convirtiendo en autopistas hacia la portería para los de Quito Parada que jugaron a placer durante varias fases del choque.

El Rasoeiro afrontó además el choque con varios juveniles que dispusieron de minutos y responsabilidad durante gran parte del encuentro. El OAR, a la desesperada, optó por una mixta, primero sobre Bruno a partir del 50, y cuando Quito Parada lo sentó con el partido resuelto, esa mixta se trasladó a Pablo que dirigía desde el centro. Pero fue un esfuerzo baldío para los coruñeses, que no vieron sino como la renta grovense, que se había moviendo entre 9 y 11 goles durante casi toda la segunda parte, creciera hasta la máxima de 16 que registraba el electrónico al final (37-21).

Esa diferencia final trae además la ventaja en posibles empates a final de temporada. Sin embargo en O Grove prefieren centrarse en el próximo encuentro para no rebajar el nivel de ambición y tensión competitiva para dar continuidad a lo visto ante el OAR.