Derrota de difícil digestión la que le toca encajar al Arosa. Y no porque el Racing de Ferrol fuese netamente superior, sino porque se produjo en las postrimerías tras un error defensivo y después de defenderse como gato panza arriba con un equipo plagado de bajas como el que pudo poner ayer en liza Rafa Sáez.

Respeto es lo que se respiraba a bocanadas en el arranque del partido. La alineación de ambos equipos había primado la disputa a la combinación y el avanzar metros sin contemplaciones. El balón cuanto más lejos del área propia mejor, esa parecía la premisa y las dos formaciones se afanaron en ello. Bien es cierto que en el caso de los locales parecía el único plan de partido posible a tenor de las características de los jugadores sanos que le quedaron a Rafa Sáez esta semana a disposición.

Un disparo lejano de Carlos García que desvió Manu Táboas a córner fue el inicio de las hostilidades. El Arosa con hasta cinco jugadores que podrían ocupar la posición de central tenía claro que había que cortocircuitar las conexiones de su rival con Joselu y, ofensivamente, alimentar a sus jugadores utilizando las bandas preferiblemente con cambios de orientación para explotar el 1x1 en profundidad. En esas situaciones apareció de manera intermitente Javi Nogueira por la izquierda sirviendo un par de balones con serio marchamo de peligro a falta de la aparición del necesario rematador.

El malagueño Mauri se mostró también activo en el frente de ataque. Él fue el que sirvió un buen balón a la llegada de Cristóbal al balcón del área, pero el disparo del ayer mediocentro se fue desviado.

Nadie estaba dispuesto a cambiar el guión y el juego discurrió sin mas historia que el primar la ausencia del error al acierto. La elaboración brillaba por su ausencia en un escenario de dejaba poco lugar a lo estético. En una de esas acciones más propias de un pívot de baloncesto ganando la posición, Joselu bajó dentro del área un pase desde 30 metros de Villarejo para revolverse y sacar un disparo sin apenas espacio para maniobrar para mayor beneficio local.

Las últimas dos manifestaciones de cara a portería de la primera parte también tuvieron como protagonistas a los verdes. Primero por medio de un disparo lejano de Carlos García y poco después con una chilena de Joselu sin consecuencias.

Emilio Larraz trató de buscar más argumentos tras el descanso con la entrada de Pablo Rey, pero el fútbol seguía escaseando. El Arosa quiso proponer un partido muy largo para tratar de sacar tajada en el tramo final mientras el Ferrol empezó a percutir con balones aéreos tratando de que su rival besase la lona. Precisamente tras un córner Seoane a punto estuvo de hacer el 0-1, pero su cabezazo se estrelló en el poste de la portería local.

La reacción del Arosa no se hizo esperar. La mejor combinación del partido llegó a continuación con Mauri, Pacheco y Sylla interviniendo. La aparición del senegalés en el primer palo a centro desde la derecha tuvo que ser despejada a córner cuando ya se cantaba gol en A Lomba. Incluso Sylla volvió a disparar ligeramente desviado tras una sociedad con Chiqui.

Ya dentro de los últimos veinte minutos, el Arosa parecía empezar a acusar el desgaste. El balón no le duraba nada y cada vez los centrales jugaban más cerca de su portero. Con más fuerza que fútbol, el Racing empezó a merodear el área. Pablo Rey avisó con un remate que desvió un defensa y luego se reclamó un penalti de Cristóbal sobre Juan Antonio. Un centro posterior de Seoane también se paseó por el área pequeña.

Poco antes, Rafa Sáez buscó refrescar al equipo con los cambios, pero costaba horrores llevar el balón cerca del área rival. Y cuando ya el objetivo era no perder lo que no se había podido ganar antes, un centro desde la derecha de Carlos García llegó en el segundo palo a Joselu que, libre de marca, tiró de calidad para definir a la perfección con un pase a la red.

Con las pocas fuerzas que aún quedaban el Arosa buscó a la desesperada salvar un punto y pudo lograrlo de señalarse un penalti por manos de un defensor ferrolano o si alguien acertase a mandar a portería un centro de Sylla. Pero no pudo ser y la segunda derrota en A Lomba se hizo realidad.