-¿Por qué animaría usted a los aficionados al running a participar en una prueba tan exigente como la de Meaño?

-Porque la localidad de Meaño ha sido un precedente por modelo y organización que está en las raíces de atletismo popular, tanto que recuerdo que conocí esta carrera de la mano de los hermanos De la Torre, cuando yo era un chaval. Porque había incluido muy pronto unos premios económicos que no había en ninguna de las citas populares, porque ofrece desde siempre un trato exquisito a todo los atletas, y de ello se habla desde hace gran cantidad de tiempo en los círculos del atletismo, con lo que hacía méritos para contar con mediofondistas gallegos de primera línea. Y hoy, sin duda alguna, por el hecho de que sus propomotores siguen impulsando el espíritu popular desde una inscripción gratuita que ya nadie ofrece, y que es una deferencia más en pro de ese buen trato, el hecho de regalar una camiseta técnica que anuncia su próxima edición a todos los que entren en meten? Es una carrera muy buena, de las que vale mucho la pena.

-¿De dónde surge esta fiebre del running?

-Yo creo que surge en plena crisis económica, a la par que crece la conciencia de deporte-salud. Para ello el atletismo ofrecía una alternativa de deporte que era barata, donde solo se necesitaban unas buenas zapatillas y ponerse a correr. Y, en respuesta, empezó a proliferar la puesta en marcha de carreras populares, tanto que hoy, en un fin de semana, te encuentras con nueve o diez carreras en Galicia, cuando antes eran muy pocas y no solían coincidir en calendario. Pero Meaño no es fruto de esta fiebre, sino que viene de las raíces, acumula 34 ediciones consecutivas, y eso es mucho, y la convierten de lleno desde hace tiempo en una de las grandes clásicas gallegas.