El Arosa ya se ha puesto manos a la obra en lo que se refiere a la reconstrucción económica de la entidad. El varapalo de la sentencia judicial que obliga a pagar cerca de 166.000 euros al exutilero José Manuel García Bello tras la caída sufrida desde la cubierta de la grada de Preferencia de A Lomba, vuelve a situar al club vilagarciano en una complicada tesitura precisamente en un año en el que las arcas de la entidad presentaban el mejor aspecto de los últimos años.

Tras haber hecho efectivos ya 30.000 euros de la cantidad total, el Arosa confía en alcanzar un acuerdo para poder amortizar el resto de la deuda en un plazo mínimo de tres años y un máximo de cinco. Los pasos a seguir ya se iniciaron y el club arlequinado quiere contar con el aval de Proliga para poder negociar el aplazamiento del pago total.

Manuel Abalo no oculta que "volvemos a estar en una situación muy complicada. Fueron muchos años tratando de situar al club en la situación que le corresponde y ahora nos encontramos con un palo que nos condiciona todo lo que teníamos pensado". Se refiere el presidente a la posibilidad proyectada de invertir en terrenos comunales para construir un campo de entrenamiento para la entidad.

A la espera de cobrar las subvenciones pendientes, el club reconoce que dispondría de un saldo positivo en caja de 90.000 euros. La cantidad sería íntegramente depositada para hacer frente a la sentencia por el caso "Pepe" en caso de no prosperar la posibilidad de pago fraccionado. A ello habría que sumarle una póliza de crédito que tendría que asumir el club para saldar el total de la multa impuesta.

El presidente considera al respecto que "tendríamos que empezar la temporada que viene sin ningún tipo de liquidez. Lo que supone un riesgo importante que iríamos enjugando con la venta de los carnés de socio de este año". Añade Abalo que "nosotros no tenemos las ayudas que tienen otros clubes en otros ayuntamientos y era muy importante tener un dinero en caja para apuntalar muchas cosas".

Una cuestión que también deja claro el máximo responsable de la entidad es el compromiso absoluto de la junta directiva de seguir arrimando el hombro para sobreponerse a este nuevo golpe, "la situación no es fácil, pero confiamos en la comprensión de las empresas de Vilagarcía para ayudarnos y también en los socios para llevar al club hasta donde se merece".