A los 28 años el púgil de Castrelo (Cambados) José Carlos Padín González se proclamaba el pasado mes de mayo campeón gallego de peso pesado (de 81 a 91 kilos) en modalidad olímpica. Lo hizo en A Coruña en un combate que le enfrentaba al ourensano Iago Mondelo. Con ello revalida un título que ya había conseguido por primera vez en 2016 en Vilagarcía. Llegado al mundo del boxeo en 2011 el boxeador arousano sueña en el medio plazo con el salto al profesionalismo. Los guantes y su entrenador Francisco Amoedo son para el solaz y una particular terapia para superarse en la vida.

--¿Cómo se inicia en el mundo del boxeo?

-Fue en 2011 que, con 21 años, empecé a entrenar en un gimnasio de Vilagarcía. A partir de ahí el boxeo me eligió. Lo digo así porque soy de los que piensa que uno no elige el boxeo, sino que es éste quien le elige a uno.

- ¿Por qué lo entiende así?

-Porque la figura del boxeador requiere de una condición física de base y una gran fortaleza mental. Son cualidades que un púgil debe tener ya en cierta medida de por sí.

- ¿Qué le decía la familia o sus amigos cuando se decantó por este deporte?

-En principio nadie me apoyaba. Todos te decían que es un deporte de locos, que no tiene futuro, y tratan de tirarte para atrás. Pero creo que todo se debe a una concepción errónea de lo que en realidad es el boxeo.

- ¿Qué les diría usted a aquellos que asocian el boxeo con la violencia?

-A esa concepción errónea es a la que me refiero. Un boxeador es un deportista, que debe trabajar su forma física, la técnica, los reflejos y que debe cuidar mucho su alimentación. El boxeo no es deporte violento en sí, los que son violentos son algunas personas que se comportan como tales, practiquen el deporte que practiquen. En mi caso, los que me conocen, saben que no soy para nada una persona violenta, odio las peleas y evito siempre los conflictos. Pero me gusta cuidar cuerpo y mente, me gusta entrenar, y la pelea, como deportista que soy, nunca sale del ring.

- ¿Qué es eso que siente arriba en el ring en el momento de afrontar una pelea?

-Para mí es algo indescriptible. Ver cómo el público se entrega, cómo gente que no te conoce te da su calor, su ánimo, cómo te alienta y te empuja, es algo que te fortalece mucho en el plano anímico, es ver todas esas horas de entrenamiento y sacrificio compensadas en ese instante.

- ¿Qué le ha aportado o le aposta a usted el boxeo?

-El boxeo es, de por sí, un deporte humilde que te enseña a concentrarte y a mentalizarte para conseguir el objetivo. Te demuestra que en la vida no debes dejar que el miedo te domine, debes aprender a canalizarlo hasta dominarlo, te enseña que uno debe mentalizarse siempre para superar las adversidades, porque en la vida, como en el boxeo, el lema es no arrojar nunca la toalla. El boxeo me ha ayudado mucho, me ha llenado momentos bajos, momentos de vacío, en que con una comba o un simple saco fui aprendiendo a superarme. El boxeo, en cierta medida, es para mí una terapia. Solo así se entiende que haga los kilómetros que hago tres días por semana para, de trabajar en Pontecesures, desplazarme a Vigo para entrenar en el Saudade con mi preparador Francisco Amoedo.

- ¿Cómo resultó la pelea en la que se hizo con el título del Campeonato Gallego recientemente en A Coruña?

-Fue un combate a tres asaltos contra el ourensano Iago Mondelo Barca. Resultó duro porque él me superaba en peso, con 91 kilos por los 83 míos, y en altura, con casi sus dos metros por mi 1,78. Pero aun así logré derrotarlo a los puntos y pude revalidar el título que ya había conseguirlo por primera vez en Vilagarcía en 2016.

- ¿Cuánto tiempo entrena a la semana?

-Entreno tres días en Vigo y dos más por mi cuenta en Castrelo, cumpliendo sesiones de dos horas de trabajo cada día: carrera continua, comba, saco, natación?

- ¿Algún lugar predilecto para salir a correr?

-La playa de A Lanzada, y también aquí en Castrelo bajo a la costa y corro en el entorno de la playas de As Saíñas, que es un entorno natural, lejos del ruido y la contaminación.