El sueño del play-off sigue todavía siendo posible para el Arosa. Mucho más cercano de tornarse en realidad si la justicia futbolística ejerciese su función en el día de ayer en el choque ante el Bergantiños. El 1-1 definitivo deja a los vilagarcianos a cuatro puntos del premio a falta de dos jornadas, pero el peaje podría recortarse si logran la victoria el domingo en el campo del otro aspirante como es el Alondras.

Matemáticas aparte, el partido visto ayer en A Lomba fue digno de dos equipos con cuño de zona noble. Con ambas formaciones dispuestas en un claro 4-4-2 el juego se tornó desde su arranque en una discusión por la tenencia de la pelota. En esta materia fueron los locales los que se manejaron con más habilidad gracias a las superioridades creadas para la combinación con las apariciones de Julio Rey y Manu Justo. La verticalidad quedaba encomendada a los desmarques de Pazos y en especial a los de un activo Sylla. Con todo ello fueron los de Carballo los que dispusieron de la primera acción con claro marchamo de gol con una falta al borde del área que desaprovechó Iago Blanco.

El partido recuperó nuevamente el ritmo posicional con una enconada batalla en la medular. Por un lado un Bergantiños dispuesto a no ceder un metro mientras que el Arosa no terminaba de encontrar ese pase filtrado entre líneas para dar continuidad a sus posesiones. Fue precisamente un balón servido por Sergio Lloves el que trazó una diagonal perfecta para que Manu Justo se fuese de Aarón con un control orientado que le permitió conectar una volea con su zurda que obligó a Cristopher a enviar el balón a córner.

Era una fase en la que el Arosa se sentía dominador. Sylla estaba ganándole las espaldas a los defensores y haciendo el campo mucho más largo para el Bergantiños. Fruto de una acción así, el propio Sylla ganó la línea de fondo para servir un centro a Pazos que anticipó Roberto Prieto en el corte.

Pero la mejor oportunidad llegó justo en el córner resultante. Julio Rey activó la estrategia con un servicio a Vitra al primer palo que el central prolongó a pies de un Sidibé que, solo tres metros de la línea de gol, remató alto sin oposición con toda la portería a su favor.

Quizá acelerado por su propia superioridad y el paso de los minutos, el Arosa empezó a jugar demasiado directo y el Bergantiños comenzó a respirar para llegarse al descanso sin novedad en el marcador.

Reajustadas las ideas en el vestuario el Arosa salió en tromba en la reanudación. La banda derecha se convirtió en el filón del ataque local. Los primeros diez minutos fueron una avalancha arlequinada. Primero con una perfecta combinación entre Julio Rey y Manu Justo, pero el servicio de éste no encontró rematador. Poco después una combinación entre Sergio Santos, Manu Justo, Julio Rey y Javi Pazos por toda la frontal del área culminó con un disparo del delantero repelido por el poste. No se quedaron ahí las advertencias locales puesto que Sylla también llevó peligro con otro centro que se paseó por delante de Cristopher.

Una terrorífica entrada de Rodri sobre Marcos dio lugar a un nuevo escenario. La expulsión del jugador visitante obligó a tomar decisiones y Miguel Filgueira apostó por un 4-3-2 para contener las acometidas locales. De la peligrosidad del segundo clasificado dio buena demostración Iago Blanco cuando se creó espacio entre Vitra y Rivas en una perfecta maniobra, pero su disparo se fue muy arriba.

Jorge Otero reclamaba mayor ritmo desde el banquillo y sus jugadores acataron la orden. Javi Pazos presionó a Borja Facal para robarle el balón adentrarse en el área y no resolver en el mano a mano ante el portero rival. Pocas acciones después el delantero marinense no fue capaz de rematar un perfecto servicio de Marcos desde la banda izquierda y el posterior remate de Manu Justo, más forzado, se fue arriba. Pero a la tercera Javi Pazos no perdonaría para hacer el 1-0 tras una perfecta combinación entre Manu Justo y un Sylla extraordinario que se fue con una potencia descomunal de Aarón para servir en bandeja el tanto a su compañero con una generosa asistencia.

Tras conseguir lo más difícil que era abrir el marcador, llegó el jarro de agua fría. Una falta en medio campo dio lugar a un balón colgada al área local que, entre empujones y disputas, Rubén Rivera tocó para que el balón cayese a los pies de Nacho, que de perfecta volea, estableció el empate.

No se rindieron los vilagarcianos. En una falta lateral de Manu Justo, Javi Pazos no llegó por centímetros al remate en boca de gol. Poco después una falta sobre Yerai obligó a Cristopher a intervenir a disparo de Justo y Sylla, ya en el descuento, tampoco pudo rematar una última acción que pudo haber acercado aún más el play-off.