Con el Silva como perjudicado, el Ribadumia encadena su tercera victoria consecutiva, algo que todavía no había conseguido esta temporada. Con ello además sigue añadiendo méritos a su objetivo de evitar cualquier posibilidad de descenso en caso de producirse un descalabro de equipos gallegos en Segunda División B.

Tenían claro desde el principio los de Luis Carro que el rival era uno de los que, por sus características, le iban a hacer sufrir. La imponente presencia física de Movilla fue la baza a explotar por el Silva. Los balones directos eran una constante, pero defensivamente el Ribadumia se mostró muy solvente. Incluso mejor que a la hora de hacer de la posesión su mejor recurso. Las imprecisiones, sobre todo en los controles, facilitaban el plan de acción del rival.

Además, la lesión de Fran Fandiño obligó a reestructurar el dibujo a la media hora de juego, pero el marcador sí que no mostró variación alguna a la llegada del descanso. Y eso que los locales merecieron algo más. La recompensa llegó con el 0-1 creado a partir de un error en la entrega del portero visitante ante la presión alta. El balón cayó a pies de José Filgueira que batió por alto a Héctor en su desesperado regreso a portería.

El escenario era ya propicio para darle la puntilla al triunfo, pero las opciones generadas se desperdiciaron de diferentes formas y maneras. Todo ello con un partido ya bastante partido debido al alto ritmo y al calor de una tarde estival. Precisamente en un acercamiento a base de un enésimo balón aéreo llegó el empate. A Iván Parada se le escurrió el balón en un intento de blocaje y Joao Paulo lo aprovechó para devolver las tablas.

Lejos de alterarse, los de Luis Carro siguieron buscando la portería rival a base de tener más el balón. La insistencia dio sus frutos en una acción extraña en la que Héctor cogió con las manos un balón que él no consideraba cesión. Ello dio lugar a un libre indirecto dentro del área que Cheri sacó rápido para que Mota hiciese el 1-2 aprovechándose del momento en el que el portero visitante se perdía en las protestas al árbitro por la acción.

La incertidumbre del marcador obligó a los aurinegros a defenderse con éxito en los últimos minutos ante las acciones de estrategia rival en córners y faltas.