El mercado de invierno siempre acaba sirviendo para cubrir los deberes que no se hicieron en verano. Eso es lo que trata de resolver el Arosa en estos momentos, tratando de reforzar una serie de posiciones que, en estos momentos, carecen de recambio o de un jugador específico de la misma.

El club, que ha visto como un jugador de la calidad de Pibe, que milita en el Coruxo, decidía no sumarse al proyecto, está cerca de alcanzar un acuerdo con un lateral o carrilero izquierdo, aunque muchos factores pueden llegar a impedir que arribe a A Lomba.

La primera cuestión, y una de peso, es la decisión del entrenador, Jorge Otero, que considera que esa posición puede cubrirse con garantías con Marcos Rodríguez y Anxo, centrando sus preferencias en la incorporación de un central, posición que considera con mayores necesidades para ser cubierta.

Los otros factores que pueden dificultar la llegada del jugador son el interés de otros clubes por él, y sobre todo, las pretensiones económicas, ya que el club no está dispuesto a sacrificar su estabilidad financiera por incorporar un nuevo hombre al proyecto.

Estos dos últimos requisitos también tendrá que cumplirlos la otra incorporación que quiere realizar el club en este fichaje invernal, que finalizará el próximo día 31. En este caso, el interés es por un hombre que pueda desenvolverse con solvencia en la zona de ataque de ambas bandas.

El propio director deportivo del Arosa, Eduardo Carregal, reconoce que incorporar a estos dos jugadores "no está siendo una tarea fácil, ya que es complicado que los equipos en los que militan se decidan a darles la baja; de todas formas, tenemos varias líneas de negociación abiertas que, antes del 31 de enero, tienen que dar algún tipo de resultado positivo".

Esta situación no es precisamente nueva para el Arosa, que ya vivió en sus propias carnes el pasado año las dificultades que supone intentar reforzarse en el mes de enero. Durante semanas se especuló con la contratación de varios delanteros, nombres que nunca llegaban a concretarse por todos los motivos anteriormente citados, hasta que llegó al club Fran Monroy, el máximo goleador del, por aquel entonces, colista de la Tercera División, el Ordes. Al delantero no le costó adaptarse al grupo y a la dinámica de trabajo, pero una inoportuna lesión le impidió estar disponible durante varias semanas. El delantero acabaría siendo determinante en algún partido, pero no con la influencia que se esperaba para un fichaje tan deseado.