El Xuven ya tiene la séptima victoria en su haber. Apuntaba Chiqui Barros en la previa que el choque ante el Extremadura-Plasencia era una buena oportunidad para demostrar que O Pombal es un fortín y así quedó patente. Hubo que pelearlo hasta la última acción, pero la fe amarilla dio el resultado esperado en esta ocasión.

Fueron los extremeños los que tuvieron una mejor puesta en escena. No le apartaron la cara al juego de ritmo y posesiones rápidas que planteó el Xuven y, es más, mostraron un mejor equilibrio en las selecciones que los locales. Eso trajo consigo que el acierto desde la larga distancia, sumado al buen hacer de Seydou Aboubacar debajo de los tableros, pusiese un 18-26 al término del primer cuarto que obligaba a reflexionar.

El triángulo Juanchi Orellano-Will Saunders-Karamo Jawara estaba asumiendo todo el arsenal ofensivo de su equipo. Y siguió haciéndolo en un arranque del segundo periodo que resultó positivo para los intereses locales (27-28). Fue aumentar algunos grados la intensidad defensiva y el Plasencia empezó a notar el aliento local en la nuca.

El obligado tiempo muerto de los visitantes fue el principio de un nuevo cambio de dinámica. El Plasencia ajustó su defensa y el Xuven lo acusó en forma de cuatro minutos sin anotar. Solo el buen hacer atrás permitió que los visitantes no sacasen más partido de esta circunstancia, aunque llegaron a situarse con diez puntos de renta (18-28). Pudieron los amarillos ganar en tensión en los últimos compases del segundo cuarto para poder irse al descanso con mejores sensaciones (34-38).

Faltaba una marcha más en el engranaje amarillo y Samuel Barros tuvo arrestos para echarse el equipo a la espalda. Su facilidad para generar ventajas se convirtió en una auténtica avería para el Plasencia. De esa agresividad liderada por el rookie ferrolano nacieron buenos tiros como los tres triples consecutivos que culminaron el cambio de tendencia en el marcador (45-42).

El Plasencia buscó el norte que le marcaba la presencia de Aboubacar cerca de canasta, pero el Xuven seguía produciendo puntos con Saunders castigando cada error visitante (52-46), pero los visitantes no habían dicho su última palabra y, con Adrián Fuentes al mando de las operaciones, el partido dio su enésima vuelta de tuerca (56-58) para iniciar el último periodo.

Entendió Chiqui Barros que había que meter más físico en la defensa interior para contener a Aboubacar. Además en ataque se buscó generar en ventajas como las de Juanchi cerca de canasta. A ello se le unió que una defensa mixta de los amarillos sirvió para confundir a su rival y el Xuven fue haciendo labor de hormiguita para ir ampliando su ventaja (66-60). Cinco minutos estuvieron sin anotar los extremeños que a falta de poco más de un minuto perdían 72-65.

Pero aún no estaba todo dicho. El Xuven enlazó pérdidas de balón y el Extremadura-Plasencia dispuso de un triple liberado con 72-70 en el marcador, pero Bayle falló y el rebote cayó en manos de Barros para sentenciar la sufrida séptima victoria desde la línea de personal.