El Villalonga encadenó su tercera derrota consecutiva como local al caer por la mínima ante el Arenteiro en un partido pobre de los de César Sánchez. El conjunto celeste mostró su peor cara en lo que va de temporada y en ningún momento puso en aprietos a su rival que, además de tener más ocasiones que su rival, logró hacerse con el control del juego.

El Villalonga no comenzó bien el partido, muy dubitativo, con poca contundencia, sin profundidad y sin lograr imponerse en el medio del campo, lo que provocó que el Arenteiro no desperdiciase la ocasión de hacerse con el control de partido y llevar la iniciativa que no tenía su rival, con llegadas al área de Marcos Bermúdez aunque sin crear demasiado peligro, varios disparos desde fuera del área sin aparente peligro para el guardameta local fue el bagaje ofensivo de los visitantes.

Por el contrario, el conjunto celeste era incapaz de dar tres pases seguidos, inocente en ataque, -la falta de Aarón Paredes parece pesar como una losa en el ataque-, con poca claridad de ideas e incapaz de dar ritmo a su juego y de llegar a la portería rival. La distancia entre líneas hacía que Mou fue un mero espectador y que tuviese que bajar a medio del campo para tocar algún balón, Hugo Pintos intentaba sorprender entre líneas y Adrián tampoco tenía su día. Sin embargo, los celestes lograron llegar al descanso sin encajar ningún tanto aunque la última ocasión y primera ocasión de peligro la tuvo Padín con un disparo que se marchó cerca de la portería de Macía.

En la segunda mitad, pareció el Villalonga salir con más intensidad, pero fue un espejismo, pues pronto el conjunto ourensano volvió a hacerse con el partido. Saúl primero e Igor posteriormente pusieron a prueba los reflejos del guardameta local que despejó con acierto sendos disparos. La réplica celeste llegó en un contragolpe que Mou culminó con un disparo flojo que atajó Macía. Era el primer disparo a puerta de los de San Pedro y llegaba en el minuto 56 de partido. Diez después el conjunto ourensano se adelantó en el marcador tras un estrepitoso error defensivo. Rocha cabeceó el balón hacia su defensa y lo que hizo fue dar un buen pase a Rubén Arce que se plantó solo ante Marcos y lo batió a placer. Era el premio al que, al menos, más fútbol estaba planteando sobre el césped de Villalonga.

Los pupilos de Cesar Sánchez intentaron reaccionar, pero era un querer y no poder, faltos de inspiración en todas sus líneas y con un equipo como sin alma, el un halo de esperanza al que se aferraban los aficionados locales era la poca puntería que había tenido su rival. Aún así, fueron incapaces de crear peligro ante la portería visitante. En los últimos instantes lo intentaron a balón parado pero ni aún así lograron crear peligro, siendo derrotados con justicia.

Tendrá mucho que trabajar César Sánchez para que el equipo vuelva a mostrar la solvencia del arranque de liga o lo pasará muy mal. La primera oportunidad para conseguirlo será el próximo domingo con la visita a un Choco que tampoco atraviesa por un momento de lucidez.