Hay encuentros que se resuelven en pequeños detalles, esos que siempre suelen favorecer a los equipos con mayor calidad en sus filas. Eso fue lo que pasó ayer en A Lomba, un patatal en el que el Arosa se acabó imponiendo en un duelo de rivalidad con el Céltiga gracias a una acción aislada de Fran Monroy, cuyo disparo se acabó envenenando por causa del mal estado del césped para dejar a los isleños sin un punto que se habían merecido.

El choque comenzó con un Céltiga muy bien plantado en el campo, provocándole muchos problemas al Arosa en la presión. Los arlequinados sufrían en la salida de balón, con muchas imprecisiones en la medular que permitían a los isleños recuperar el balón lejos de su portería. Fruto de ese esfuerzo llegó la primera ocasión visitante en un error del meta Lloves, al que le robó la cartera Luis Alberto, pero el disparo de este a puerta vacía acabó siendo interceptado por Pablo Rivas.

Pese al dominio isleño, la ocasión más clara fue para los locales en el minuto 6. En una salida de balón, el central Carlos vio como Sylla le robaba el balón siendo el último hombre. El delantero senegalés se plantó solo ante Marcos Bermúdez, y con todo a su favor para fusilar al portero, Sylla envió el balón fuera ante la desesperación del público local.

El propio Sylla volvió a tener la ocasión de abrir el marcador en el 19, pero el delantero local se empachó de balón cuando tenía a Antón Vilas totalmente solo a su derecha, y Carlos acabó rebañándole el balón.

A medida que el encuentro avanzaba, el Arosa comenzaba a imponer su juego, aunque la presión visitante no dejaba de provocarle algún susto, como el disparo de Emilio que se fue rozando el palo en el minuto 21. El esfuerzo del Arosa comenzaba a dar réditos en forma de ocasiones, como la de Manu Justo en el 23. El medio centro arlequinado mandó alto un pase de tacón en el corazón del área de Hugo Soto. La contestación isleña llegó en un disparo de falta de Carlos, tan solo dos minutos después, que se fue rozando la escuadra de Lloves.

Los problemas con el gol de los locales volvieron a evidenciarse en el minuto 34. Una internada de Hugo Soto por la derecha, finalizó con un pase atrás a Antón Vilas. El arlequinado recortó a su rival, pero su disparo a bocajarro se encontró con una mano milagrosa de Marcos Bermúdez. El rechace le cayó a Manu Justo, que remató muy forzado por encima de la portería rival. Tan solo dos minutos después, Hugo Soto soltaba un latigazo que obligaba al meta isleño a lucirse otra vez. A la salida de ese mismo córner, Antón Vilas remataba en el segundo palo, pero Javi conseguía sacar bajo palos.

Eran los mejores minutos locales, pero las ocasiones no se acababan reflejando en el marcador. Algo que volvió a ocurrir en el minuto 40, cuando Antón Vilas se plantaba solo ante Marcos Bermúdez y obligaba al meta isleño a salir a los pies del vilagarciano. También hubo espacio para la polémica en un enganchón en el área entre Marcos Rodríguez y Hugo Soto, que se quedó reclamando penalti en el suelo sin que el árbitro lo concediese.

El Céltiga achicaba balones como podía en esos momentos de agobio en los que no conseguía frenar las envestidas del Arosa, unas envestidas que a punto estuvieron de costarle un tanto en el descuento, contratiempo que evitó Marcos Bermúdez al adelantarse a Sylla y Manu Justo en un balón suelto en el área visitante.

El Céltiga volvió a salir mejor tras el paso de vestuarios, ahogando la medular arlequinada, a la que le impedían tocar con tranquilidad y anulando a un hombre de la calidad de Sergio Santos. La primera ocasión del segundo tiempo volvió a ser de los isleños, en un cabezazo de Estefan que se fue por encima de la portería defendida por Lloves. Pero a medida que iban pasando los minutos, el Arosa comenzó a sacarse la presión, lo que le permitía rondar la meta de Marcos Bermúdez con cierto peligro. Si en la primera parte, el encuentro había sido dinámico, el ritmo decayó de forma importante, con ambos equipos enzarzados en una lucha titánica por hacerse con el centro del campo, pero con continuos errores en la entrega y sin apenas profundidad suficiente para crear ocasiones de gol. Los dos técnicos trataron de mover el banquillo buscando frescura para decantar a su favor el partido, aunque el encuentro se convirtió en un correcalles en el que ninguno de los equipos estuvo acertado.

La tuvo el Céltiga en el minuto 73 a la salida de un córner, donde Lloves tuvo que tirarse a los pies de Javi para evitar que se abriese el marcador.

Pero la diferencia entre los dos equipos en la tabla es por una razón. Mientras el Céltiga es un equipo que trabaja a destajo y no siempre consigue resultados, el Arosa cuenta con hombres que pueden desatascar un partido en una acción aislada. Así ocurrió en el minuto 80, cuando Fran Monroy caracoleó por el borde del área antes de soltar un disparo seco que se coló en la meta de Marcos Bermúdez, cuya estirada resultó inútil.

Era el 1-0 que el Céltiga trató de neutralizar con un disparo de David Castro, a la salida de un córner, que atrapó con muchos apuros Lloves. Un cabezazo. De Ramón también pudo darle la igualada a los visitantes, pero Lloves atrapó bien colocado. En los últimos minutos, el Arosa tiró de oficio para matar el partido, mientras a los isleños solo les quedaba la opción del balón parado que no supieron aprovechar.