Existen lugares cuyo vínculo por un deporte en particular se hace eterno. La fortaleza de esa identidad supera incluso fases oscuras de inactividad competitiva en las que apenas se oye hablar de esa especialidad. Tiempos de éxitos pretéritos, pero sobre todo, los recuerdos de los buenos momentos vividos, subyacen en la memoria de muchos hasta que se vuelven inquietudes y, posteriormente, se hacen realidades.

Eso es lo que está sucediendo en Carril donde el balonmano fue durante muchos años santo y seña de una parroquia que llegó a codearse con algunos de los mejores equipos gallegos de su época. Además de un equipo sénior se llegó a contar con muchos equipos en categorías base y aquellos jóvenes, ahora adultos, han querido volver a experimentar sensaciones que perduran más allá de dos décadas después.

A base de conversaciones informales empezó a germinar el interés en volver a hacer de Carril referencia de práctica del balonmano. El grupo de personas interesadas fue creciendo con el paso de los días. Las redes sociales también ejercieron su papel de difusión y los teléfonos hicieron el resto.

Los más jóvenes se convirtieron en los auténticos instigadores en la recuperación de la esencia perdida. Jugar al balonmano para divertirse, y con ello, reunirse nuevamente con amigos de toda la vida, se ha convertido en el primer paso hacia aquello que pueda llegar a ser. Ahora mismo, con un grupo de alrededor de veinte personas interesadas, el proceso de llamada a todos los que todavía sientan que el balonmano forma parte de su vida sigue su curso.

Fernando Pereira, antiguo jugador y entrenador en la base del Balonmano Carril, fue el primero en contrastar el movimiento surgido. A él acudieron para que se sumase a la iniciativa y asesorarse en todo lo relativo a los trámites a seguir para la disponibilidad de pabellón para poder entrenar. "Cuando me lo comentaron -comenta Pereira- me pareció una muy buena idea. Recuperar el vínculo con el balonmano en Carril está muy bien. Noté que había mucha ilusión y trato de ayudar en todo lo que esté en mi mano".

Como propietario de la Librería Waldina en Carril, Fernando es un perfecto conocedor de la afición que siembre ha habido allí por el balonmano. Uno de sus clientes, leonés de nacimiento y carrilexo de adopción, es Juan Carlos Vázquez Marracho, quien fue árbitro de Primera División Nacional en las décadas de los setenta y ochenta.

Con todo ello este sábado el pabellón del colegio de Carril se prepara para una gran "xuntanza" de todas aquellas personas que han estado en algún momento vinculadas al balonmano. A partir de las 18 horas será una convocatoria para un entrenamiento en el que se abren las puertas a todas las personas que puedan aportar su presencia y ánimo a la pelea porque este deporte vuelva a tener actividad en el ayuntamiento de Vilagarcía.

"Seguramente haya mucha gente a la que le gustaría juntarse un par de veces al mes para sudar un poquito y jugar al deporte de toda su vida. También abrimos las puertas a todo aquel que se quiera iniciar porque tenemos muy claro que es para pasar un rato agradable", asegura Fernando Pereira.

Tal es la motivación porque se cristalice el retorno del balonmano que incluso ya se ha disputado un partido amistoso ante los veteranos del Asmubal de Meaño. Las conclusiones no pudieron ser más contundentes, puesto que todos los jugadores participantes se han mostrado voluntarios a repetir la experiencia. Eso sí, previos entrenamientos, ya que también se constató que el estado de forma no está al mismo nivel que la voluntad.

Incluso se ha creado una cuota mensual de cinco euros para poder disponer de un fondo con el que acometer gastos derivados de la propia actividad. Desde el pago de material deportivo a todo lo que vaya exigiendo el propio devenir de la actividad.

¿Y cuál será el futuro? En este sentido, la prudencia se ha convertido en la mejor consejera. La premisa no es otra que ir haciendo camino al andar y que sea la propia demanda de los jugadores lo que marque la pauta a seguir. Fernando Pereira apuntó en este sentido que "todas las ganas que hay ahora tienen que asentarse en un compromiso. A partir de ahí se verá como fluyen las cosas. De momento el presente es lo que nos ocupa, aunque sería muy bonito poder crear equipos de categorías base en unos años". El primer paso para que todo fluya está dado y el sábado en el pabellón del colegio de Carril se pueden sentar unos muy buenos cimientos.