La solvencia del Villalonga se volvió a poner de manifiesto ayer en Os Carrís. El Barbadás tampoco fue quien de superar a uno de los visitantes más incómodos de la competición teniendo que dar incluso por bueno el empate puesto que fueron los de Antonio Fernández los que generaron más y mejores ocasiones de gol.

Pese a lo que se pueda derivar del marcador definitivo, lo cierto es que el partido tuvo bastante intensidad, incluso más que precisión a la hora de elaborar fútbol por parte de uno y otro equipo. Ello hacía que los veinte jugadores de campo se moviesen prácticamente todos juntos en una franja de 30 metros lo que dificultaba aún más la combinación.

Las llegadas a las áreas, muy escasas por otra parte, se producían más por balones directos que por fútbol por lo que las ventajas ofensivas apenas surgieron. Con todo ello fue el Villalonga el equipo que pudo avisar primero. Fue con un excelente saque de esquina botado por Mota que obligó a Borja a desviar el esférico que había marcado una trayectoria digna de lo que se conoce por gol olímpico. También tuvo una buena opción el equipo local con una vaselina trazada desde la bota de Camba y que sirvió para demostrar la valía de Iván Parada bajo palos.

Sin más ocasiones reseñables arrancó una segunda parte que siguió por los mismos derroteros. El Barbadás se acercó un poco más a portería al principio. Rodrigo fue el más incisivo. Primero con un intento de chilena que no llegó a conectar bien y, poco después, con una volea desde la frontal que no cogió la dirección deseada.

El Villalonga tampoco había dicho su última palabra. Adrián Santos obligó a lucirse a Borja. Poco después lo intento Ramilo con un centro chut desde la izquierda que salía por encima de la escuadra izquierda de Borja.

A medida que se acercaba el final ambos equipos se preocuparon más de no perder un punto que de ganar dos más.