En A Senra toca hoy una cita con poderoso atractivo para los aficionados al fútbol de la comarca. Alicientes sobran para ello. Y es que un Ribadumia-Arosa se ha convertido en los últimos años en todo un clásico del fútbol arousano. Pero condicionantes nostálgicos al margen, lo cierto es que la plena actualidad tiene también referentes destacados. Muchos de ellos derivados de una clasificación que otorga a los vilagarcianos la etiqueta de favorito, o en su defecto, la de aquel contendiente que expone más en el intento.

A solo dos puntos de la cuarta posición, y tras haber saboreado una clara victoria ante un rival directo en la zona noble como es el Deportivo B, los de Jorge Otero saben el daño que le puede hacer el llamado fuego amigo de sus vecinos. Y es que además, tras batirse con el Ribadumia la próxima semana recibirán en A Lomba al Céltiga. Todo ello en una fase de la temporada en la que cada punto supone una fluctuación en el crédito muy importante.

En el caso de los de David Sierra, su carta de navegación apunta hacia otras latitudes esta temporada. Con 13 puntos menos en su haber que su rival de hoy, el conjunto aurinegro tiene su deseo de victoria a flor de piel. La posibilidad de volver a sumar de a tres es algo que tienen entre ceja y ceja puesto que para remontarse a su última victoria hay que retroceder un mes. Allí en Dubra fue el único triunfo en las siete últimas jornadas.

Curiosamente, la última vez que el Ribadumia ganó delante de sus aficionados fue precisamente en otro derby. El que libraron con el Céltiga el primer sábado de diciembre, por lo que queda claro que le sobran los motivos para tratar de cambiar una dinámica que le está impidiendo alejarse lo que les gustaría de la zona comprometida. Lo que no se puede poner en duda es su capacidad competitiva puesto como queda de manifiesto en el hecho de haber perdido un único encuentro en lo que va del presente año.

En el caso de los vilagarcianos la tendencia es claramente otra, aunque es precisamente a domicilio donde la trayectoria se le está torciendo últimamente. Y es que en sus siete últimos desplazamientos el balance es de únicamente una victoria aderezada con tres empates e igual número de derrotas.

Mención aparte merece la estrecha relación que guardan ambos clubes en los últimos años en lo que respecta al tránsito de jugadores en ambas direcciones. Dos entidades que se retroalimentan, pero que hoy se negarán el pan y la sal.

La lista vilagarciana contará con Roberto Pazos y Lloves además de Fran Matos, Suso, Aitor Díaz, Rivas, Sidibé, Óscar, Sergio Santos, Manu Justo, Julio Rey, Eloy, Sylla, Hugo Soto y los fichajes de invierno Antón Vilas y Fran Monroy.