El Ribadumia logró la victoria más emotiva de su historia. Un triunfo que fue dedicado en pleno por todo el club a Changui, quien se recupera todavía en el Hospital Universitario de Santiago de un estado comatoso que le mantuvo inconsciente durante prácticamente dos días. Fue un triunfo muy trabajado, de mucho sufrimiento, pero que la plantilla saboreó especialmente tras unas últimas horas muy duras por la intriga vital, ya esclarecida positivamente, del que es su máximo goleador.

Llegaba el Rápido de Bouzas con la vitola de segundo clasificado y con un arsenal ofensivo digno de otra categoría. Sin embargo, la fe mostrada por los de David Sierra pudo más. Tras unos primeros compases de ubicación sobre el blando césped de A Senra llegó el único tanto. Su autor fue Fran Fandiño con un perfecto testarazo en el segundo palo tras un genial córner botado por Adrián Camiño. La plantilla en pleno se agrupó en torno al banquillo local desde donde salió la camiseta con el 10 de Changui para elevarla en alto en una dedicatoria muy especial ovacionada por ambas aficiones representadas en las gradas.

El gol sería la única manifestación ofensiva del Ribadumia en toda la primera parte. El Rápido de Bouzas puso toda la carne en el asador y dispuso de varios y peligrosos acercamientos. Un disparo elevado de Juanma y un posterior remate a la media vuelta de Raúl fueron los mejores exponentes de la tendencia de dominio visitante en la que había entrado el partido. Y es que los locales apenas pudieron volver a cruzar la línea de mediocampo con una posesión de cierto criterio.

El paso por vestuarios no invirtió para nada la dinámica. Los de Patxi Salinas siguieron mirando al frente con su fútbol ante un Ribadumia al que le costaba horrores encontrarse a sí mismo con el balón en los pies. Incluso los vigueses pudieron empatar muy pronto cuando Carlos recogió un balón, en posición dudosa, y encaró a Manu Táboas que respondió a la perfección al disparo raso del delantero. Portas, poco después, mandó alto un nuevo intento en un remate tras saque de esquina. Parecía como si ambos protagonistas ya hubiesen asumido a la perfección sus roles de dominador y dominado

A los locales les costaba mucho tener el balón en campo contrario. Una de las pocas veces que lo consiguieron Adrián Camiño filtró un buen pase a Hugo que remató muy forzado ante la salida de Diego. Sin embargo tuvieron el 2-0 a punto de caramelo cuando Camiño sacó una falta lateral a la altura de la medular para ponérsela en la cabeza a Iago Martínez cuyo remate peinado se encontró con una excelente mano del portero vigués para mandar el balón a córner.

El Bouzas tocó a rebato y puso el asedio a la portería local. Youssef dispuso de una magnífica ocasión, pero su disparo a bocajarro se fue fuera para sorpresa de toda A Senra. Poco después Yago Pérez con un disparo duro desde el borde del área obligó a Manu Táboas a lucirse con una extraordinaria mano abajo. Y aún quedaban veinte largos minutos para los aurinegros. Todos ellos de insistencia por parte de los visitantes, pero tampoco sin más ocasiones claras de gol hasta que el partido se agitó al final.

El tiempo de descuento tuvo de todo. La perseverancia viguesa se topó nuevamente con Táboas y poco después con un gol anulado a Vieytes por fuera de juego tras un buen pase de Carnero. El lío que se montó en el banquillo terminó con David Sierra y el ayudante de Patxi Salinas expulsados. Al final los tres puntos se quedaron en A Senra y la plantilla en pleno volvió a salir al círculo central para dedicarle el triunfo y una pronta recuperación a su capitán.