El día después de haber conseguido la Copa Federación en su fase autonómica, el Arosa regresó al trabajo centrado en el encuentro que el próximo domingo disputa contra el Castro y con Jorge Otero mentalizando a los jugadores de que el resultado de un encuentro anterior no sirve para el siguiente. Tanto el presidente del club, Manuel Abalo, como el técnico se mostraron ayer contentos por el logro, pero ambos coinciden en una cuestión: "el domingo tenemos un partido que no va a ser fácil y en el que vamos a tener que pelear mucho para seguir sumando puntos en la liga, que es nuestro principal objetivo".

Abalo valoraba mucho el triunfo en la final de la Copa Federación "por la afición, que fue la que disfrutó, y por el equipo, ya que ha servido para que los más jóvenes y aquellos que no cuentan con tantos minutos puedan reivindicarse". De hecho, explica Abalo, ese era "nuestro principal objetivo, dar minutos a la cantera y que estos demostrasen si pueden dar el nivel para el primer equipo; en ese aspecto, Jorge Otero ha demostrado su valentía al confiar en juveniles de segundo año para enfrentarse en una final a todo un Pontevedra, algo en lo que creo que debemos estarle agradecidos". Mantiene que el objetivo es "sumar el máximo de puntos posible en la liga y no despistarnos en otras cuestiones, que son muy bonitas, como esta, pero no son la prioridad". Insiste en que "nosotros debemos ser humildes y pelear siempre para tratar de ganar los partidos, y el domingo, tenemos un partido de esos llamados trampa, ya que nos enfrentamos a un equipo que llega herido tras ser goleado, y si no estamos atentos, puede darnos una desagradable sorpresa".

Lejos queda ya el momento en el que Abalo se aupó a la presidencia de un club que se encontraba al borde de la desaparición, con una deuda espectacular y con una afición deprimida por la caída a la Regional Preferente. De ello hace siete años, pero Abalo prefiere quedarse "con las gestas como la del miércoles, porque el Arosa es un club que ha hecho muchas a lo largo de su historia y esperemos que pueda hacer muchas más, pero ahora tenemos una gran tranquilidad y queremos ir paso a paso, nunca más allá del siguiente partido".

Por su parte, el técnico del equipo, Jorge Otero, se mostraba ayer muy satisfecho por sus jugadores ya que "para un entrenador, resulta muy gratificante ver que aquellos jugadores que tienen menos minutos en una plantilla demuestran que son capaces de jugar a un gran nivel; el equipo mostró intensidad y ganas ante un rival de superior categoría". Con este triunfo los teóricamente suplentes le ponen difíciles las convocatorias, un "problema" que Otero asegura que "nos gusta a todos los entrenadores, porque es beneficioso para el grupo, ya que todos quieren dar lo mejor de sí mismos para entrar en el equipo y hace que ninguno baje el nivel".

Otero, que celebró ayer un entrenamiento, reconocía que la victoria en la Copa podía ser un arma de doble filo, pero su intención "es evitar que el equipo se relaje y se despiste, porque el domingo tenemos un encuentro complicado en el que podemos perder, pero no podemos dejar que el rival nos gane en intensidad y ganas".