El Club Náutico de Pontecesures sufrió este fin de semana un serio revés que nada tiene que ver con el aspecto deportivo. Los integrantes del club que viajaron al embalse de Trasona (Asturias), para disputar el selectivo que diseñó la Federación Española de Piragüismo, regresaban el domingo, cuando, a la altura de Mondoñedo, se encontraron con un fuerte viento en la A-8, lo que les obligó a desviarse por carretera.

Eso les llevó a dirigirse por la Nacional 634, y fue en este vial donde el viento les acabó volcando el remolque en el que trasladaban sus mejores embarcaciones. El siniestro se registró en una rotonda y a muy poca velocidad, pero fue suficiente para que varias de las piraguas resultasen dañadas por el impacto contra el asfalto.

La entidad todavía no ha tenido tiempo para analizar en profundidad los daños, como reconoce uno de sus responsables, Ángel Barreiro, ya que los barcos quedaron resguardados en dependencias del Club de Piragüismo Foz y todavía ayer iban a buscarlas, pero "en un primer vistazo, hemos visto que varias han sufrido daños, entre ellas la C-4, un barco que cuesta unos 4.000 euros". De hecho, Barreiro insiste en el importante daño que puede provocarle esta situación al club, ya que las embarcaciones que trasladaban en ese momento "son las mejores que tenemos, aquellas que desplazamos a las competiciones más importantes, por lo que el golpe puede ser muy importante para nosotros".

No es la primera vez que al club cesureño le ocurre una situación similar. Hace tan solo unas semanas, cuando regresaban a Pontecesures de una prueba disputada en Verducido, se desprendió una de las embarcaciones del remolque, estrellándose contra el asfalto y quedando totalmente inservible.

Este suceso viene a ocurrir después de que el club lanzase un SOS a las administraciones para que respalden el importante proyecto de formación que han impulsado, que los ha llevado a convertirse en una de las referencias del piragüismo de base en Galicia.