El Xuven volvió a confirmar que su aventura esta temporada tiene mucho que ver con la novela de Robert Louis Stevenson "Doctor Jekyll y Mister Hyde". En esos dientes de sierra que caracterizan el rendimiento del equipo cambadés cada semana en Ávila tocó la parte más positiva. La de un equipo sólido y compacto atrás y generoso a la hora de compartir el balón en ataque.

Costó arrancar a la maquinaria amarilla. El acierto desde la línea de tres puntos estaba dando alas a los locales, pero a medida que la fortaleza defensiva de los de Miguel Ángel Hoyo comenzaba a aflorar el partido tomaba otro cariz. Fue una dinámica al alza la que mantuvo el Xuven a la hora de dificultar cada ataque rival y el segundo cuarto se convirtió en la máxima expresión de ese buen trabajo solidario.

Un triple sobre la bocina de Sergi Quintela cerró el primer periodo con 19-22. El equipo de David Mangas quedó tocado, tanto que se vio impotente a la hora de volver a recuperar el mando en el marcador durante el resto del partido. Solo dos puntos permitió la defensa amarilla en los cinco primeros minutos del segundo cuarto.

Además Sergi Quintela y Max Hopfgartner se encargaban de encontrar continuamente soluciones ofensivas ante los cambios defensivos de los castellanos. Mención aparte merecen los cuatro triples que anotó Joel Almeida antes de un descanso al que se llegó con un 28-38.

Ni siquiera el paso por vestuarios sirvió al Ávila para variar la tendencia. Los amarillos parecían haber puesto velocidad crucero hacia el triunfo y en solo tres minutos fueron capaces de ampliar su renta hasta los 18 puntos (32-50). Ese fue el marcador que se convirtió en punto de inflexión de lo que hasta ese momento estaba siendo una plácida tarde en el Multiusos Carlos Sastre.

Un parcial de 11-2 en poco más de tres minutos llevó el partido a unos términos de mayor igualdad. El ataque del Xuven pareció incomodarse a cada paso, curiosamente fueron síntomas que aparecieron cuando más condescendiente empezaba a ser su defensa. A base de situaciones de bloqueo directo y con un Carlos Lobo en plan killer, los locales fueron aproximándose peligrosamente. El hachazo del Xuven nunca llegó a producirse y el desenlace se hizo esperar más de lo necesario. Y eso que a falta de ocho minutos un triple de Sergi Quintela puso un más que interesante 52-67.

Poco a poco el Ávila se aproximó hasta situarse a falta de un minuto a solo tres puntos (74-77) y con posesión a falta de 48 segundos. Fue entonces cuando en un contraataque los colegiados señalaron pasos en una entrada a canasta sin oposición de Mbamalu, acción muy protestada por toda la afición local.

La situación obligaba a sentenciar desde la línea de tiros libres y desde esa distancia Adrián Chapela y Sergi Quintela supieron poner la puntilla a la octava victoria.