Más de 1.200 kilómetros después, Alberto Figueiro ya se encuentra a las puertas de alcanzar el objetivo que se ha marcado este año para el Luatlón y conquistar la Sagrada Familia de Barcelona en tan solo 11 jornadas, distribuidas entre carrera y bicicleta, para poder cumplir el objetivo el día del aniversario de su hermano, al que ha dedicado tanto esfuerzo.

La penúltima de esas jornadas la completó ayer el grovense en unas tres horas de carrera, tiempo que le permitió recorrer los 35 kilómetros que separan las ciudades de Igualada y Martorell. El recorrido no fue continuo, ya que el grovense se paró en la ciudad deportiva del Espanyol de Barcelona, donde sumó el respaldo a su iniciativa de toda la plantilla "perica", así como de su entrenador, el rumano Constantin Galca. Figueiro pudo colarse en un entrenamiento y departir con algunas de las figuras que posee el club "perico" que no dudaron en fotografiarse y respaldar la acción del grovense, que incluso llegó a atender a varios medios de comunicación de la zona.

Los "pericos" se suman así a otros clubes de fútbol y baloncesto que se han adherido este año y en las dos ediciones anteriores a la iniciativa de Figueiro, como es el caso del Celta de Vigo, Deportivo de A Coruña, Obradoiro o Real Zaragoza. En todos estos clubes, Figueiro siempre ha encontrado el respaldo y el cariño de sus plantillas en su lucha contra el cáncer.

A su llegada a Martorell fue recibido por integrantes de la Asociación Española Contra el Cáncer de la localidad. Desde esta localidad partirá hoy para completar los 37 kilómetros que le restan para culminar un periplo que le ha llevado a recorrer gran parte de la zona norte de España desde el pasado día 19. Esos últimos kilómetros es muy probable que no los complete en solitario, ya que varios deportistas catalanes, como es el caso de los hermanos Valentí y Mercé San Juan, ya expresaron su intención de completar los últimos metros en compañía de Figueiro.

A su llegada a la Sagrada Familia, Figueiro se encontrará con un comité de recepción, encabezado por toda la cúpula de la Asociación de Lucha contra el Cáncer, que le estará esperando. También se desplazará a las dependencias de la fábrica de uno de los grandes patrocinadores de esta aventura.

A pesar de las diez duras e intensas jornadas de carrera y bicicleta, Figueiro reconocía ayer sentirse "muy bien pues pensé que iba a llevarlo peor, sobre todo por el cambio de bicicleta a correr, pero la verdad es que hemos completado los 35 kilómetros en un tiempo excelente y sin ningún contratiempo".

Durante las diez intensas jornadas, en las que ha experimentado el frío y la dureza de muchos puertos de montaña, con trayectos de más de 150 kilómetros en bicicleta, el grovense ha utilizado como único combustible la memoria de su hermano Lu, fallecido víctima de un cáncer hace cuatro años en plena juventud.

Tras renunciar a organizar el Luatlón, por la gran infraestructura que necesitaba para ello, Figueiro ha decidido realizar este trayecto con el respaldo del fisioterapeuta Manuel Casal y de Félix Méndez como conductor y fotógrafo del evento.