El Rasu cedió el liderato al caer por la mínima ante el Teucro en un partido vibrante, con dos equipos híper motivados y donde al final se impuso el mayor fondo de armario del equipo teucrista. Fue así que las 300 personas que se dieron cita en el nuevo Monte da Vila, con buena entrada, disfrutaron de un excelente partido de balonmano.
La defensa del Rasu se impuso al ataque teucrista mientras el partido discurrió dentro de los cánones del orden y defensas 6-0. Así en el primer tiempo, a excepción de un 0-2 inicial en que los ataques rápidos teucristas sorprendieron, los grovenses se asentaron para neutralizar su desventaja en el minuto 7 (4-4) y pasar luego a comandar el electrónico en el 11 (5-4), cobrando una máxima renta de tres en el 19 (9-6), que repetirían en el 21 (10-7). Todo ello partiendo en un férreo 6-0 que se fue asentando y con la buena aportación de Ángel en portería. La confianza y los robos de balón permitían incluso al Rasu soltarse en las contras, mientras en el estático disponía y mandaba Quito.
Fue así que al descanso el Rasu cumplía el plan, dejando al mejor ataque de la liga en 11 goles (promediaba 36 por partido), y mantenía sus números defensivos (el Rasu encajaba de media tan sólo 22).
Pero la defensa del Teucro cambió en la segunda parte transformándose en 4-2 escalonado para dificultar la circulación, alejar a Quito del área y buscar el robo de balón. El Rasu aguantó el envite y, merced a dos penas máximas detenidas por Ángel, adquiría incluso su máxima renta en el 37 (16-12). Ahí cambió el partido. La defensa teucrista, que subía ya toda a la línea de 9 metros, dio frutos al exigirle físicamente a un Rasu que empezaba a dar síntomas de agotamiento. Fue así que los grovenses encajaron un parcial de 1-6 que devolvió la delantera al Teucro en el 44.
Pero aún al límite el Rasu tuvo arrestos para aguantar la embestida y tiró de orgullo para paliar su falta de fuerzas, y mantener el pulso mientras subía la tensión en el campo, en la grada y en los banquillos. A falta de 26 segundos Diego ponía el empate a 25 ante una defensa teucrista que se había quedado en inferioridad por exclusión de Román. Con uno menos afrontaban pues los pontevedreses su último ataque tras tiempo muerto, y en él una acción rápida Pedreira le llevó a los seis metros para subir el 26-25. Con 14 segundos el Rasu no tuvo ya tiempo material para organizar su ataque marrando su lanzamiento a la desesperada.
Quito Parada lamentaba la última jugada: "no podemos consentir que nos marquen así -afirmaba-, cuando eran uno menos, tratando nosotros de forzar una falta en ataque del rival". "Cuando no se puede ganar el partido -agregaba- hay que empatarlo, y este era el caso en esa última acción".
