El Arosa ha mostrado carácter en una de las jornadas más complicadas de los últimos tiempos. No solo por la dificultad que siempre encierra visitar O Roxo, más aún cuando el Cerceda te espera luciendo hechuras de líder, sino por la escasez de efectivos que condicionó de manera importante la semana de trabajo de los de Piscis. Pero ni eso pudo impedir el que los vilagarcianos pudieran volver del feudo coruñés con un triunfo por segundo año consecutivo. Sería injusto obviar el importantísimo papel que jugó Jorge Pérez erigiéndose en el líder de su equipo con una gran actuación bajo palos.

Términos como asedio o intimidación se pueden emplear para definir la puesta en escena de los de Ángel Cuéllar. Parecía como si tuvieran prisa por poner el marcador en franquía y su salida en tromba trató de meter el miedo en el cuerpo a su rival. En el primero de sus acercamientos Cardeñosa estuvo providencial para sacar un remate de un omnipresente Agulló, quien mandó poco después a las nubes un disparo dentro del área sin ningún tipo de oposición. La fase inicial de acoso de los coruñeses se completó con una buena diagonal de Álex Ares cuyo disparo se encontró con una buena respuesta del cancerbero vilagarciano.

Sobre un campo cada vez en peores condiciones, el Arosa fue asentando su presencia. El fenomenal trabajo de la medular, con Fran Fandiño y Óscar en modo dominador, fue dotando a los de Piscis de la confianza necesaria para llevar a cabo su plan. La conexión con la punta de ataque empezaba a intuirse gracias a la actividad de Alberto Cabanyes. Precisamente el madrileño, que comenzó como el más adelantado en el dibujo, tuvo la mejor ocasión de toda la primera mitad. Fue al recoger un pase filtrado entre líneas que le llevó a encarar en el mano a mano a Marcos Valín, pero el portero le ganó la partida.

No se quedarían ahí las manifestaciones ofensivas de los arlequinados. Cabanyes volvió a tener una buena oportunidad para abrir el marcador, pero se precipitó a la hora de disparar a puerta cuando todavía podía haber conducido más el balón hacia la portería. Fue tras una contra bien llevada por Eloy en la que sirvió para su compañero habilitándole de cara al gol.

Nada más salir del vestuario, Eloy y Cabanyes se encargaron de demostrar que su sociedad no se iba a ir de vacío. Un taconazo del primero encendió la luz tras una jugada de varios rechaces en el área. El madrileño recogió el servicio para definir por bajo con gran clase.

El tanto resucitó al Cerceda de su letargo. Fue entonces cuando trataron de buscar por las bandas el camino hacia el ansiado empate. Agulló obligó nuevamente a lucirse a Jorge poco antes de la acción que supondría la igualada. Llegó tras una muy buena acción individual de Álex Ares por el costado izquierdo. Profundizó hasta la línea de fondo para servir un certero centro atrás que Edu remachó a la red con un potente cabezazo.

El partido entró entonces en una fase de correcalles. Los locales, prácticamente en avalancha, se lanzaron hacia un Jorge Pérez que aún tuvo tiempo de evitar el 2-1 con una parada plena de reflejos para desesperación del líder. Mientras Sylla y Cabanyes metían el miedo en el cuerpo con sus arrancadas y cuando ya todo parecía abocado al empate, una falta lateral de Camiño, tras varias disputas llegó en el segundo palo a Fran Fandiño que remachó por alto una victoria que celebró con un abrazo al lesionado Álex Freire, gesto que reflejó la necesidad de una alegría así.