Que la visita del Zornotza a O Pombal se decida en el último segundo de partido a favor de los vascos va camino de convertirse desgraciadamente en tradición. Así sucedió en el play-off de la pasada temporada y ayer fue otro Ánder, no García sino Arruti, el que terminó con las ilusiones del Xuven en otro partido con los dos equipos por encima de los cien puntos anotados después de ser necesaria una prórroga para desequilibrar tanto derroche ofensivo.

Empezaron los de Miguel Ángel Hoyo mostrando una defensa tan buena en su agresividad como en sus conceptos. El equipo vasco reflejaba su incomodidad regalando balones por doquier al no ser capaz de salir con facilidad de la presión rival (22-13). Tal era la concentración que incluso no necesitaron los amarillos ni de las faltas para dominar el partido.

Las fluctuaciones habituales en el juego de los amarillos volvieron a aparecer en el momento que se perdió la concentración sin balón. Coincidió con el arranque del segundo cuarto. Gracias a la facilidad anotadora de Arruti el Zornotza se aproximó hasta un 28-27 en menos de tres minutos. El que luego se convertiría en el verdugo de los cambadeses anotó en ese segundo acto 14 de los 28 puntos que hizo su equipo para establecer al descanso una ventaja de 5 puntos, la que sería la máxima del partido.

La orden de Hoyo de recuperar la agresividad caló pronto a la salida de vestuarios. Su equipo, de la mano de un desatado Joel Almeida, empezó a anotar de tres en tres puntos (50-48), pero ya no quedaba nada de aquellas dificultades que tenían los vascos para anotar en los primeros minutos del encuentro. Un ex como Ánder García sacó su fusil y empezó a anotar canastas de todos las formas y maneras. Hasta trece puntos llevaron su firma en el tercer cuarto, es decir, la mitad de los de todo su equipo.

En el último cuarto el Zornotza castigaba todas y cada una de las facilidades que se encontraba en la pintura amarilla. El mejor ejemplo de ello es que terminó el partido con 62% de acierto en los tiros de dos puntos. Hasta 31 canastas anotaron así los vascos y muchas de ellas penetrando a sus anchas por la zona local. Ese hándicap obligaba al Xuven a tener que rozar la perfección en ataque para mantenerse en el partido, y lo cierto es que los de Hoyo lo hicieron. Los hermanos Quintela, junto a Max y Alberto, se pusieron los galones y el pequeño de la saga lucense empató un partido con un triplazo que mandó el partido a la prórroga tras el error en el tiro de Ánder García en la última posesión.

El intercambio de canastas se mantuvo en el tiempo extra. Fue ahí donde otro ex, Charles Nkaloulou, se hizo el amo y señor del rebote ofensivo. Aún con ello, Sergi Quintela puso el 102-101 desde el tiro libre a falta de siete segundos, tiempo que aprovechó Arruti para sentenciar con otra canasta debajo del aro y finiquitar el choque.