También son dos las jornadas que restan por disputarse en preferente, las mismas a las que el Arosa también llega con la obligatoriedad de esperar patinazos de los equipos que le preceden para poder ascender a tercera división, ya sea de manera directa o con la posibilidad del cruce con el grupo norte.

Los vilagarcianos tendrán en Ourense y ante el Ponte un partido en el que tendrán que asumir la clara condición de favoritos. No solo por necesidad, sino por obligación a tenor de la etiqueta de colista ya descendido que cuelga de un Ponte que solo ha sumado doce puntos en toda la temporada.

Los de Piscis, fieles a la línea de humildad y trabajo que les viene caracterizando, no se fían lo más mínimo de un rival que ya fue capaz de empatar en A Lomba. Sin embargo, la trayectoria en la segunda vuelta de los de la ciudad de As Burgas deja bien clara la nula tensión que ahora tienen.

Un solo punto en las últimas catorce jornadas refleja el estado anímico de su rival, más aún cuando se compara con la trayectoria al alza de un Arosa que pasa por ser el mejor equipo de la segunda vuelta y que atraviesa por una racha de nueve jornadas sin perder.

De producirse la esperada victoria de los de Piscis, será entonces cuando toque mirar a los resultados de sus enemigos directos con dos partidos subrayados en rojo. Serán el que disputen en Baltar el Portonovo y el Sanxenxo, segundo y tercer clasificado, además de lo que haga el Choco en su campo ante un Gondomar sin nada en juego. En caso de victoria del Portonovo, al Arosa solo le quedaría abierta la vía de la tercera plaza para la última fecha.