Campeón sin saber lo que es la derrota

El Establecimientos Otero ya es campeón por segundo año consecutivo. En Chantada sumó su decimosexta victoria consecutiva, y con ella el título. Se trataba de un mérito esperado, no por ello menos importante, pero no hubo lugar a la euforia. Yago Casal y sus jugadores tienen muy claro que es lo que quieren y cuando intentarán descorchar el cava.

No obstante, lo ya conseguido merece un capítulo aparte. Ser campeón de liga sin haber cedido ni un solo encuentro es un hecho histórico en las competiciones que organiza la Federación Española. Ya la temporada pasada se confirmó la abrumadora superioridad del Xuven en el grupo. Solo dos derrotas -una de ellas intrascendente- se apuntaron en el debe del equipo. Lo de este curso supone subir el listón de las hazañas deportivas hasta cotas insuperables.

La ambición de los cambadeses no se queda ahí. Ahora restan cuatro partidos para el término de la liga regular y el pleno de veinte victorias se ha convertido en el próximo reto. Nadie quiere bajar el pistón. Por si fuera poco, el hecho que tres de esos cuatro encuentros se disputen en O Pombal también juega a favor de la posibilidad de redondear el pleno. Por la inexpugnable cancha tendrán que pasar Ourense Capital Termal, Fidalgo Vecino Zamora y Narón, es decir, tres de los cuatro últimos clasificados. El único desplazamiento pendiente será la visita al Estudiantes de Lugo, equipo que aún maneja opciones de alcanzar la segunda posición.

La fase de ascenso se convierte ahora en la dirección hacia la que apuntan todos los buenos deseos de los cambadeses. La fecha ya está fijada y el escenario también. Será del 24 al 26 de mayo en O Pombal ante tres rivales. Uno de ellos ya conocido, el Plasencia Extremadura, y dos más que serán los que ocupen la tercera posición del grupo B (Madrid-Canarias) y la cuarta plaza del grupo C, con equipos catalanes y valencianos.

El formato de competición será de liguilla. Tres partidos en tres días con una única plaza de ascenso en juego y ahí es hacia donde apuntan las intenciones del club amarillo. Conseguirlo supondría el espaldarazo definitivo a la labor que está llevando el equipo de Jorge Castiñeiras, que ya ha situado a Cambados en el quinto peldaño del baloncesto gallego.