El viaje de las amateurs: el Bembrive, a por el ascenso

El destino se dirime en cada instante, sin guion. Sólo en perspectiva, leyendo ya el relato de derecha a izquierda, se reconocen las encrucijadas que han conformado el camino. Ese tiempo muerto en Rivas, por ejemplo, que Gael Madarnas solicita porque su Bembrive se tambalea. Sus jugadoras, «desatadas», anotarán después los tres goles del 1-3 de la ida. O la arenga en el descanso de la vuelta, con 0-2. Madarnas intenta «rebajar la ansiedad» que ha estropeado varias ocasiones. Les promete:

–Cuando entre el primero, entrarán varios.

«Así fue», resume el entrenador. Cuatro goles de Clau en cinco minutos –cinco en total de la aldanesa– resuelven la angustia. Hasta se relajarán las verdes, del 7-2 al 7-4 definitivo. Queda un último capítulo por escribir. El Bembrive contenderá con el Chiloeches en una de las tres finales de ascenso a Primera; «creo que la más igualada de las tres», establece Madarnas (Esplugues-Vilalba y Ceuta-Almagro, las otras). «Todo se decidirá por pequeños detalles».

La temporada se anticipa exitosa más allá del desenlace. El Bembrive, tras caer ante el Rubí en 2024, repite asalto a una máxima categoría que no sólo desconoce; inimaginable aquel 2020 de clausura prematura, por el COVID, en que Pitu convenció a la directiva de ocupar la plaza en Segunda a la que había renunciado el Celanova

–Es ahora o nunca.

Ya no está Pitu, que forjó este Bembrive. Renunció en enero por razones personales. Tras un periodo de interinidad de Javi Bueno, lo ha sustituido Madarnas, que reconoce: «Coger un equipo a mitad de temporada es muy complicado. Sí que el proyecto es muy bueno. No somos tontos. Aprovechamos el legado de Pitu. Intentamos tocar lo menos posible, pero aportando matices nuestros. Salió bien».

El vuelco de la última jornada

Mejor de lo esperado. La plantilla había sufrido bajas importantes en verano. «Me encontré un vestuario cuyo objetivo era estar en mitad de tabla y luchar por el play off», recuerda. El Bembrive ha excedido sus previsiones, revalidando el título de liga regular en el grupo I en una última jornada de vuelcos. «Las chicas tienen un mérito enorme. Es difícil reaccionar en una temporada convulsa».

El duelo con el Chiloeches se inicia este sábado (18:30) en la localidad guadalajareña y se resolverá una semana después en Vigo. «Es un equipo al que le gusta transitar y que mete muchos goles, del estilo nuestro», comenta del rival, que en primera ronda eliminó al Interesala Zaragoza (9-2 y 6-4).

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Un amplio currículo

Madarnas, nacido en Lausana, de familia emigrante y criado ya en Vigo desde los 4 años, posee un extenso currículo a sus 35: jugador en Mercantil, Celta e IES Coruxo, ha dirigido en esta entidad, el Bueu –División de Honor Juvenil y Segunda B– y el Labor, donde ejerce como coordinador. También ha sido seleccionador de Vigo y Galicia. Desde ese conocimiento asume la dificultad de situar un club vigués en la élite. «Es complicado sin ayudas. El Coruxo lleva años intentándolo con el masculino en Segunda B. Son amateurs contra equipos profesionales como nos pasa a nosotros en Segunda. Luchamos contra trasatlánticos».

Menciona, por ejemplo, que en el Rodiles, al que descabalgaron del liderato y después noqueado por el Esplugues, sus jugadoras «entrenan mañana y tarde». Las viguesas, en cambio, «no cobran ni un duro. Salen de trabajar para entrenar y no faltan nunca. Para viajar los viernes se piden horas. Hay enfermeras y médicas que cambian sus turnos».

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Pese a los hándicaps, se han plantado ante esta sentencia del destino, la última de las que corresponden a Gael y sus pupilas: «Detrás tendrían que venir los números de la junta directiva. Yo solo manejo lo deportivo y vamos a intentar el ascenso a Primera».