Sueños de oro: la historia de Angello Vásquez

No destaca Perú entre las grandes corrientes hispanoamericanas del boxeo. La caribeña, mexicana o argentina le arrebatan el foco. Otras tradiciones sostienen los sueños de Angello Vásquez Mendoza; la de su propio clan, que se los inauguró, y la de Vigo, donde reside y que se los alimenta. El joven competirá del 16 al 22 en el Campeonato de España. Será su tercera participación. Una plata y un bronce ya figuran en su currículo. Quiere el oro que redondee su trayectoria amateur, ahora que ya divisa el salto a profesionales.

Angello llegó a Galicia desde Lima en diciembre de 2019 junto a su madre y sus tres hermanos pequeños. Una prima los había animado a mudarse. «Fue bastante complicado. Me quería regresar», recuerda ahora sobre aquel adolescente, apenas 16 años, desubicado a 9.000 kilómetros de sus paisajes y afectos. Enseguida pensó en el boxeo para curarse la nostalgia. Su padre lo había practicado antes de que él naciese. También el primogénito, Jhair, cuya trayectoria como internacional peruano truncó una lesión. Angello sí se recuerda de pequeño, contemplándolo extasiado. «Comencé a boxear por él».

No le acompañaron los plazos en aquella búsqueda inicial de gimnasio. Se anotó en La Vieja Escuela ya a finales de febrero. Su padre y su hermano se reunieron con la familia. Todo parecía estabilizarse cuando estalló la pandemia. Otra forja de carácter, que ahora puede contemplar desde un presente encauzado. Sus padres y su hermano mayor trabajan. Los pequeños estudian. Y él, además de entrenarse, también ejerce como monitor en La Vieja Escuela. «Estamos muy bien, cómodos ya, asentados», se ufana.

Buena dinámica en Galicia

Vigués y limeño, del pugilismo peruano lamenta su orillamiento. «Falta mucho apoyo. Como en la mayoría de países, todo se lo lleva el fútbol». Y aunque tal dinámica se reproduzca de alguna manera en Galicia, sí destaca que aquí «va mejor. Está creciendo el boxeo, con muchos torneos de formas para niños, muchos organizadores, muchas veladas... Se incentiva a los más pequeños a practicarlo».

Manolo Jiménez se erige como figura fundamental. El propietario y entrenador de La Vieja Escuela recuerda cómo descubrió una luz especial en Angelo. El afamado preparador físico Rodrigo Merlo, amigo personal, le ayudaba a dirigir un campamento veraniego en el gimnasio.

–Ese chaval me gusta –le comentó a Merlo.

El argentino, cinco años después de aquella revelación, hoy le ensalza la preclaridad.

–¡Qué vista tuviste!

Jiménez ha contribuido a pulir el talento natural que percibió en Angello. «Es un boxeador supertécnico, rápido, completo... Tiene todas las condiciones». El chico no sólo le agradece la tutela deportiva. «Apoyó a toda mi familia, también a nivel laboral», destaca.

Dentro del cuadrilátero ha ido avanzando Angello igual que en la vida civil. El chico se ha proclamado campeón de Galicia neopro en -60 y -63 kg. Al Campeonato de España, que se celebra en Segovia, acudirá en el peso menor con ese objetivo de escalar hasta la cima del cajón. «Por lo que se va viendo en redes sociales y por los ganadores que se han ido proclamando en otras comunidades autónomas, creó que será el más complicado», anticipa Angello. Manolo, aunque acepta el dictamen, es optimista: «Dependes del sorteo. Es un pozo al azar. Pero sabes que tienes que ganarles a todos y yo espero que haga un buen papel. Lleva todo el año preparándose».

Salto a profesionales

El título tal vez acelere el plan diseñado para su futuro. Angello ya había pensando en debutar en profesionales si hubiera conquistado el certamen nacional de 2024. Al final, tras recabar consejo en casa, aceptó que era «preferible acumular más experiencia en el campo aficionado. Hay que realizar más peleas con rivales de alto nivel como los que me esperan en el Campeonato de España». Advierte, en cualquier caso, de ese siguiente paso en su carrera: «No lo veo tan lejano». Angello sueña en dorado.