Balonmano | División de Honor Femenina
África Siempre: la pivote del Mecalia Guardés, ante su nueva vida
África Sempere ha cerrado el primer tomo de su vida como ella deseaba y su trayectoria merecía. Se ha retirado la pivote, campeona liguera en 2017, pero no se alejará de A Sangriña, a donde acudirá como aficionada y por su sobrina.

África, el pasado domingo, despidiéndose de la afición guardesa. / Tamara Alonso (SportCoeco)

La pequeña Daniela Álvarez solloza desconsolada sobre su asiento de A Sangriña. Abundan a su alrededor los ojos húmedos en esa mañana de domingo. El Mecalia ha quedado eliminado. No pudo Ania Ramos superar a la portera del Elche, por mucho que se retorciese en el aire. Se le escapó a las guardesas ese gol que las hubiera clasificado para la final liguera. No sólo se lamenta la clausura prematura de la temporada. La portera Miriam dice adiós desde la cancha. Igual se despiden Pauli y Amores. Se mudan a otros clubes. Jugarán con otras camisetas. Sus devotos las podrán disfrutar vicariamente, desde la distancia. Pero Daniela llora sobre todo por África Sempere. Por su tía, a la que ya nunca más volverá a ver sobre la cancha.
También llora la pivote alicantina. No la esperará el verano, con su promesa de retos y consuelos. Aún le tiembla la voz ahora, dos días después de esa última ovación en O Inferno. «Están siendo días muy difíciles. Son muchas las emociones que hay que gestionar y más cuando sabes que ya no vas a volver a las pistas», admite pero sin arrepentirse. No la obligó el Atlético Guardés, que la hubiera querido conservar. Nunca le han faltado ofertas sobre la mesa. «Es una decisión que he tomado yo y estoy contenta. Es lo que más me conviene. Me hubiese gustado llegar a la final. El equipo se lo merecía. Hemos realizado una temporada increíble. Pero el deporte es así y a veces la moneda no cae de tu lado. Me llevo muchos recuerdos bonitos de todo lo que hemos vivido esta temporada y estos años».
Ese respeto por el balonmano y por sí misma explica su postura. África se retira y aún no cumplirá los 33 años hasta septiembre. Ha querido escribir con mano firme su propia historia, del prólogo al epílogo, sin otro gobierno que su voluntad. Precisó la idoneidad de la fecha tras un proceso de reflexión que había iniciado en el anterior ejercicio. «Llevo tiempo pensándolo», describe. «Pasan los 30 y ves que se acerca el final. Tengo las dos rodillas operadas y no quiero forzar demasiado el cuerpo. Esta temporada me he encontrado bien y quería despedirme con buenas sensaciones. Quería un buen recuerdo de mí misma, con el físico en buen nivel, sin otras lesiones».
Judo, leucemia, balonmano
África, sobrina de la extraordinaria judoka Isabel Fernández, campeona olímpica, mundial y europea, deseó emularla primeramente, en su Torrellano natal. La frenó la leucemia que le diagnosticaron con 7 años. Tras su curación, los médicos le recomendaron un deporte menos agresivo. Así se inició en el balonmano. Recapitula los 26 años que han transcurrido desde entonces: «Estoy superorgullosa de todo lo que he vivido. Me he vaciado, he sacrificado muchas cosas por el balonmano, he vuelto después de lesiones de rodilla muy graves, he conseguido muchos éxitos, he viajado, he jugado en Noruega… Ha sido una carrera profesional impecable. No me queda nada por dar. Es otro de los motivos por los que tomé la decisión. Me notaba muy realizada».
En ese Fredikstad, la experiencia noruega que menciona, estuvo entre 2014 y 2016. Había llegado procedente del Elche Mustang (2010-2014). Y entre Elche (21-22) y A Guarda (16-21 y 22-25) se ha ido moviento la pivote; el hogar que su nacimiento le adjudicó y el hogar que su corazón ha elegido. Una figura capital en esa trayectoria es José Ignacio Prades. «La he tenido en distintas etapas, desde muy jovencita en Torrellano y Elche hasta una mujer contrastada en A Guarda», resume el técnico petrerí. Él la reclutó, de hecho, cuando fichó por el Mecalia, que en esa misma campaña 16-17 se acabaría proclamando campeón de Liga. De ese grupo glorioso sólo resta en plantilla Estela Carrera.
«Afri es todo corazón, pasión. Siempre lo ha dado todo en cada entrenamiento. Ha sido una jugadora muy profesional, enamorada del balonmano. Y una gran compañera, que cualquier club y entrenador hubieran querido tener», elogia Prades, que la cataloga como «polivalente. Se adaptaba a cualquier posición y era una gran defensora. Muy completa».
Otro título decora el currículo de África: la Supercopa 21-22, que conquistó durante ese breve retorno al Elche. «Fue un año muy bonito pero echaba mucho de menos A Guarda», revela. «La afición y el pueblo me ganaron desde los primeros años. También tenía a mi pareja aquí. Volver fue un privilegio. Es donde quería retirarme».
Ha cumplido su deseo y se ocupa en estos días de asimilar las consecuencias; inevitables, por otra parte, aunque hubiera podido retrasarlas. Cuentan algunos exjugadores que el síndrome de abstinencia irrumpe cuando los planes de pretemporada arrancan y uno se descubre sobre el sofá, desocupado. África sostiene: «No sé cómo será cuando empiece, si me picará el gusanillo de querer volver. Yo creo que estaré más preparada. Ya tendré la mente puesta en un trabajo y me sentiré más fuerte de cabeza. Sin saber mucho, siento que el momento más duro es ahora».

África, durante su primera etapa en A Sangriña. / FDV
No la podrá incluir en sus diseños Ana Seabra, la entrenadora que la ha disfrutado en su última etapa. «Es una pena de verdad que llegue este momento pero entiendo los motivos de Afri», se resigna la portuguesa. «Ha sido superprofesional en su dedicación, en todo lo que ha aportado al grupo. Es una excelente persona, que nos ha ayudado fuera y dentro de la pista. Sentiremos mucho su falta. Le deseo lo mejor». Seabra, central en Gaia, Madeira, Gil y Alavarium, transitó el camino que ahora va descubriendo su exdiscípula y le anticipa: «Estos momentos llegan y se pasa un tiempo con agobio. Yo también pasé por ello. Sé que fue pensado, que sabe lo que quiere. Es otro ciclo en su vida que también será muy bonito».
Un verano para descansar
Aún no ha decidido África en qué territorios laborales se internará. Ha descartado preparar las oposiciones a Policía Nacional, como manejó en su día. La alejarían durante demasiado tiempo de sus afectos. «Salir de A Guarda y estar mucho tiempo fuera sería complicado». Se centra en lo inmediato: «Voy a dedicarme a recomponerme, a descansar este verano y volver a comenzar. En unos meses ya pensaré en retomar mi futuro profesional. Seguro que habrá muchas oportunidades».
No se apartará del balonmano. Simplemente se muda a la grada. «El deporte te enseña a sacrificarte, a superar obstáculos. Eso te fortalece como persona. Es un duelo que pasará. Estaré aquí, en el pabellón, animando al Guardés. Sé que estoy preparada para eso y más. Iré a ver a mis amigas y a poyar al club que tanto quiero. Y a mi sobrina, que está muy involucrada, empezando».
Llora Daniela, infantil que la selección gallega ya ha convocado, por ver a su tía despidiéndose y se emociona África, recién estrenada como mito guardés, por ver a su sobrina en sus inicios, compartiendo su misma pasión. «La ayudaré a que pueda cumplir sus sueños como yo he podido». Daniela la disfrutará junto a ella como cualquier aficionado en su recuerdo: África Sempere eterna, África siempre.
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